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Santiago de Chile

Los chilenos alcanzaron las semifinales de la Copa América en un apretado triunfo por uno a cero sobre UruguayLo hicieron en medio de un juego enredado, tosco si se quiere, porque así lo proponían los uruguayos.

Ambas selecciones respondieron a sus antecedentes futbolísticos. Uruguay despreocupado en gran parte del juego del arco de Bravo, porque aplicaron la labor que mejor conocen y dominan: esperar, aguantar en defensa e impasables en el juego aéreo.

Solo fueron sorprendidos por un remate a ras de piso de Isla, aprovechando un error de arquero principiante, cuando Muslera decidió puñetear hacia el centro de su área, ignorando los consejos que hablan de sacar la pelota hacia los costados.

Uruguay sintió muchísimo la expulsión de Cavani porque, si bien el delantero poco hacía en ataque (un solo tiro desviado), sí mantenía o distraía la atención de los zagueros centrales locales.

Ahí fue cuando Chile decidió adelantar líneas e intentar ingresos por los costados, procurando no levantar centros y más bien comunicarse por tierra y hacer circular la pelota.

Los chilenos merecieron ganar porque buscaron más el triunfo. Los uruguayos parecían inclinados a llegar a la definición desde el punto penal y les faltaron 9 minutos para conseguirlo.

Pero Chile, conducido por Valdivia -sobre todo en el primer tiempo-, tuvo iniciativa y respeto por su estilo de juego.

Idéntica reflexión para los uruguayos, quienes fieles a su manera de interpretar el juego incluyeron el mal genio y la búsqueda de incidentes cuando se vieron en desventaja.

Fue cierta la provocación de Jara, quien parecía médico proctólogo cuando consiguió la reacción de Cavani y la consiguiente tarjeta roja.

Ni el árbitro y su asistente se percataron de la innoble acción. Ojalá de oficio sea sancionado el defensa chileno.

Esto lo debe hacer el comité disciplinario más allá del informe arbitral. En eso, algunos jugadores suramericanos continúan con ese ejercicio de ser los más vivos, de engañar a los árbitros y sacar ventajas...

Chile espera ahora al vencedor de Perú-Bolivia y no parece difícil candidatizarlo para la final. Disponen de un buen núcleo de jugadores: Valdivia, Vidal,  Aránguiz, quienes contagian con su comprensión del juego.