Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
Santiago de Chile

Lo hecho por Paraguay ante Argentina demostró, una vez, la esencia del fútbol. Un juego donde se pasa de la euforia a la sorpresa.

No de otra forma se explica el empate a dos goles entre argentinos y paraguayos. Una etapa inicial totalmente inclinada hacia los de Gerardo Martino, en donde establecieron un dos a cero justificado por la intensidad de los argentinos y la aplicación a la hora de señalar los dos goles.

El primero sobre la primera media hora de juego en un auténtico regalo para Agüero, a quien no le dio pena y pasó a cobrar el grosero error. En el segundo una innecesaria falta, por precipitud del zaguero, que derivó en pena máxima, bien sancionada y mejor cobrada por Messi. Hasta ahí nadie suponía de la reacción guaraní.

Y fue en el complementario cuando ingresó Derlis González, quien joven y rápido comenzó a internarse en zona albiceleste, que no había sufrido ni presión ni acoso.

Siempre ocurre, y sin explicación, que cuando un dos a cero se vuelve dos a uno, el que está en desventaja recibe una ayuda espiritual, o según se interprete, aunque uno siempre deriva en aquello de... "o pierdo tres a uno o empato..."

Dicho y hecho. Lucas Barrios casi en el cierre dejó un dos a dos, celebrado desaforadamente por Paraguay y lapidario y sin tiempo de reacción para Argentina

Fueron muchos los errores en ambas líneas defensivas y, sin embargo, Silva y Romero fueron reconocidos por sus intervenciones determinantes.

Ambas Selecciones recurrieron sin pudor a convocar cuatro delanteros por bando, lo que animó el espectáculo y el partido entró en un ritmo frenético. Paraguay muy mal en la inicial y Argentina en el final. Períodos repartidos y justo empate.

Ah, y una confirmación. A Messi no le otorgaron licencia para sus ejecutorias y solo una vez estuvo para culminar brillante una acción individual por la izquierda. Porque en la derecha sus acostumbrados arranques en diagonal estuvieron vigilados y bien controlados constituyéndose en una advertencia para futuros juegos.

Los rivales no deben confiarse, porque los magos como él siempre frotan la lámpara y sansiacabo...