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Millonarios

¿Lunari debe irse de Millonarios? 5 razones para el sí y 5 para el no

Hace dos meses la salida era segura, pero con la clasificación a la semifinal se abrió la puerta de la continuidad. Mientras la directiva toma la decisión, AS Colombia plantea las dos opciones.

Bogotá
Máyer y Lunari, el líder y el técnico de Millonarios.
David Felipe RincónAS Colombia

¿Lunari debe continuar?

Es la pregunta de moda en la prensa bogotana y la hinchada de Millonarios.

En la fecha 10, cuando el equipo jugaba mal, lo goleaban y la clasificación parecía una utopía, el consenso general era que tenía que marcharse a mitad de año.

Cuando el equipo encontró el rumbo, entró a la liguilla e ilusionó a la gente con la estrella 15, el panorama cambió y el pedido de la salida del DT ya no era unánime.

Luego de la eliminación en Palmaseca, versiones de prensa anticiparon la renovación del contrato, pero horas después el presidente del club, Enrique Camacho, confirmó que la decisión la tomará la junta directiva en los próximos días.

Mientras tanto, en la calle, en los medios y en las redes sociales se sigue debatiendo sobre la salida o no de Ricardo, quien después de la derrota frente al Deportivo Cali manifestó su deseo de continuar.

Los defensores del proceso exponen sus motivos y los opositores del proyecto manifiestan sus razones.

En AS Colombia canalizamos las dos corrientes y planteamos ambas teorías.    

¿Por qué se debe ir?

1. Porque su rendimiento no alcanza el 50 por ciento. Dirigió 40 partidos; ganó 16, empató 11 y perdió 13 para 59 puntos de 120 disputados (49% de producción).

2. Porque en los dos torneos y medio que dirigió (debutó en la fecha 9 del Clausura 2014) el equipo no fue campeón y ni siquiera finalista. En dos de ellos (Clausura 2014 y Copa Colombia 2015) lo eliminaron en primera ronda.

3. Porque en varias ocasiones demostró falencias tácticas y estratégicas en la elección de la nómina, el planteamiento de los partidos, la lectura de los mismos y la realización de los cambios.          

4. Porque su filosofía ofensiva va en contravía del equilibrio y el buen funcionamiento defensivo. En 40 partidos le marcaron 49 goles para un promedio de 1,2 tantos recibidos por encuentro. Además en cinco de ellos le hicieron cuatro o más goles (Santa Fe, Águilas, Medellín y Cali en el Clausura 2014 y Cali en el Apertura 2015).

5. Porque de los siete refuerzos que eligió, solamente el arquero Nicolás Vikonis obtiene una calificación alta. El rendimiento de Insúa, Núñez, Silva y Machado fue aceptable. Kevin Rendón y Carlos Ramírez no pasan en el examen. 

¿Por qué se debe quedar?

1. Porque merece la segunda oportunidad que esta misma directiva le brindó hace un año al español Juan Manuel Lillo, luego de que también fuera eliminado en semifinales de la Liga, por penales.    

2. Porque, más allá de la eliminación y de que los últimos dos o tres partidos no se jugaron tan bien como los que les antecedieron (Nacional, Medellín, Santa Fe...), el equipo encontró una línea de rendimiento estable.   

3. Porque hizo del Campín un estadio imbatible en el primer semestre de 2015. Millonarios fue el único equipo del campeonato que no perdió en casa (9 victorias y 3 empates). Además, no cae como local, por Liga, desde el 11 de octubre de 2014.

4. Porque un equipo grande siempre está obligado a ganar y marcar goles. Ese ha sido el discurso del argentino, que firmó el mejor ataque de Millos en torneos cortos (45 tantos). Con esa contundencia ofensiva y el equilibrio que mostró en el remate de la fase regular, el 'proyecto Lunari' puede dar frutos más adelante.    

5. Porque en lo que va corrido de la década Millonarios ha tenido seis entrenadores (García, Barragán, Páez, Torres, Lillo y Lunari) y la inestabilidad en la banco técnico genera inseguridad y corta los procesos. Mal o bien, Lunari ya se acomodó a club y el club ya se acopló a él. La mayoría de los jugadores -por no decir todos- tienen una buena relación con él y lo respaldan. Si le renuevan el contrato y le refuerzan la plantilla en todas las líneas, el tema seguir funcionando -y mejorando- en el segundo semestre.