Fabián Vargas revive su pasado en el Inter campeón del mundo

Internacional de Porto Alegre estuvo en Bogotá solo el tiempo necesario. Del avión al reconocimiento de El Campín y ahí una cara familiar. Fabián Vargas dijo presente en el entrenamiento y fue recibido como si nunca se hubiera ido. Los dirigentes lo recordaban bien. Hubo abrazos, charla y sobre todo muchas preguntas de los periodistas brasileros que siempre son multitud.

Vargas se animó a hablar en portugués y les referenció la velocidad de Morelo, la pegada de Pérez y cómo la altura podía ser complicada. El volante bogotano hizo parte de un Inter que marcó historia, por eso también hubo tiempo para sentir saudade.

Son recuerdos muy lindos, reencontrarme con compañeros con los que compartí tantas cosas, con los que ganamos un torneo tan importante como el Mundial de Clubes. Son las cosas bonitas que te deja el fútbol: ver después de tantos años gente que te brindó tanto cariño y saber que ese sentimiento sigue intacto.

13 brasileños y un colombiano hicieron historia en la cancha del estadio de Yokohama, el 17 de diciembre de 2006. Inter enfrentó al poderoso-y-talentoso Barcelona comandado por Ronaldinho. Fue un partido duro, que se definió en una jugada de contra.

Gudjohnsen, Deco, Dinho, Xavi (que entró en el 59’)… insistían en el área de Internacional. Clemer, portero Colorado, y sus defensas despejaban el peligro, algunas veces con precisión y otras como podían, pero Inter no se rendía.

En el minuto 82 un corajudo Iarley se deshizo de la marca de Carles Puyol, levantó la cabeza y vio a Adriano que llegaba por la izquierda. Los centrales de Barcelona retrocedían de espalda. Uno, dos tiempos y el pase para Adriano quien mano a mano con Víctor Valdés definió con un toque sutil al palo izquierdo. Lo que siguió fue más lucha hasta que se cumplieron los 3 minutos de adición. Luego la fiesta.

“Alô torcida colorada, prepara o grito (Hola hinchada, prepara el grito)… Faz a festa que hoje o mundo e seu, o mundo é vermelho e branco (Festeja que el mundo es tuyo, el mundo es rojo y blanco)”, vociferó el comentarista de Globo. Eran las 9:20 a.m. en Porto Alegre y la fiesta duró hasta el día siguiente.

“Siempre dije que no se gana antes del partido, se gana en los 90 minutos y en esos 90 minutos nosotros dejamos el alma”, comentó Alex mientras sus compañeros celebraban y Ronaldinho lloraba. Precisamente, Alex es el único sobreviviente de ese Inter y el jugador que Abel Braga sacó de la cancha para que Vargas disputara el segundo tiempo frente a Barcelona. 45 minutos de gloria.

Inter de Portoalegre vino a Bogotá y se fue con las manos vacías, pero en su casa las cosas no serán fáciles. Tiene registro perfecto como local en esta edición de la Libertadores (12 puntos, 10 goles a favor y solo 4 en contra).

Invitamos a Fabián Vargas a un recorrido por sus recuerdos en el equipo brasilero que este miércoles enfrentará a Santa Fe por un lugar las semifinales de la Copa.

 Usted sintió ese cariño de los seguidores de Inter, ¿con qué se va a encontrar Santa Fe en el Beira Rio?

La hinchada de Internacional es muy fuerte, es una hinchada que presiona mucho, creo que va a ser un factor importante en la parte anímica tanto a favor de Internacional como en contra de Santa Fe. Es una torcida muy pasional, que vive los partidos con mucha intensidad y que han ayudado a Inter a ser lo que es en este momento.

Un equipo que sale campeón de la Libertadores y el Mundial de Clubes debe tener mística, ¿qué significa jugar en Inter de Porto Alegre?

Es una gran responsabilidad, es un equipo grande de Brasil que lleva muchos años haciendo muy bien las cosas. Precisamente ha logrado ese estatus por la calidad de jugadores que llevan, porque la presión es alta. Es uno de los equipos más organizados a nivel institucional de los que he estado en mi carrera, por eso consigue cosas tan grandes. En este momento están aún mucho mejor que cuando estuve y ya era un equipo de primer nivel y siguen mejorando. Es un equipo que desde la cabeza, desde sus directivos hacen muy bien las cosas. Además, tienen jugadores importantes, de renombre, de trayectoria y creo que es uno de los firmes candidatos a quedarse con esta Libertadores.

Hernán Peláez mencionaba que el fútbol de Inter es más cercano al argentino que al brasilero, ¿está de acuerdo?

Totalmente. La ideología del futbol de Internacional es esa. Porto Alegre está situada al sur de Brasil, está muy cerca de Paraguay y Argentina y su cultura futbolística es más esa que la misma brasilera, por eso creo que encajé tan bien en este equipo y me gané el cariño de la gente. Yo sabía cómo sentían y cómo vivían el fútbol en Argentina. Es gente muy pasional, que le gusta la entrega, que le gusta que uno meta, que sude la camiseta. Por ahí, no es tanto el jogo bonito del resto de equipos brasileros. Lo viví desde la forma de trabajar, mis compañeros me decían que era muy distinto a como lo hacen en Río o en Sao Paulo.

Pero tiene jugadores como D’Alessandro o Valdivia que saben mucho con la pelota…

A D’Alessandro tuve la oportunidad de enfrentarlo cuando estaba en River, yo jugaba con América de Cali. Es un gran jugador, un jugador con mucha técnica que marca diferencia en este equipo. Y Valdivia, una revelación total, viene haciendo muchos goles, es un jugador diferente que se complementa mucho con D’Alessandro. Es un equipo bien conformado, que combina experiencia con juventud y no va a ser fácil para Santa Fe enfrentar esta llave.

Ahora que menciona a América recuerda que fue Aguirre, el DT de Inter, quien les quitó el título de la Libertadores en 1987…

Para los que somos hinchas del América, es doloroso. Recuerdo que ese día lloré muchísimo porque era la posibilidad de coronarnos campeones de América después de intentarlo tantas veces. Yo era muy chiquito, tenía 7 años, pero ya era hincha y vivía con mucha pasión cada partido. Fue muy doloroso que él nos quitara el título faltando 15 segundos para que se acabara el partido. Es un mal recuerdo para todos los hinchas de la Mechita.

Además, Aguirre fue subcampeón de la Libertadores en 2011, ¿todo eso cuenta?

Es un técnico de experiencia. Como jugador marcó historia en Uruguay y ahora quiere hacerlo como entrenador. Lo que ha hecho durante su carrera lo avala para estar entrenando un equipo en Brasil un equipo tan importante como internacional y tuvo que habérselo ganado a pulso porque conociendo a los directivos de inter, no llevan a cualquiera a hacerse cargo de su equipo. Así que me imagino que ahora quiere ganar una Libertadores estando en el banco.

¿Cuál es su candidato en esta Copa?

Soy hincha de Boca y estaba haciéndole fuerza, pero lamentablemente todos sabemos lo que pasó, lo que ocurrió, entonces, ahora por el sentimiento y los recuerdos que tengo, haré fuerza para que a Internacional le vaya bien y pueda ser de nuevo campeón.

¿Le duele lo que pasó en la Bombonera?

Muchísimo. Uno como hincha queda muy triste de que pasen este tipo de cosas y más en un estadio tan lindo, con una hinchada tan grande como la de Boca que no necesita marcar diferencia de esa forma. Es totalmente reprochable, terminan haciéndole daño a un lindo espectáculo. Creo que tienen que tomar medidas con estos vándalos que se disfrazan de hinchas y que terminan haciéndole daño a una gran institución y dejando sin ilusión a tantos hinchas que de verdad van a apoyar a su equipo.

¿Contra Santa Fe, apoyará a Inter?

Sí, estaré haciéndole fuerza a Inter por los afectos que tengo, porque viví un año maravilloso en Porto Alegre, porque la gente desde el primer momento me brindó un cariño importante y todavía me recuerdan mucho, en redes sociales sigo recibiendo su cariño. El Mundial de Clubes el título más grande que ha ganado Internacional y tuve la fortuna de haber quedado en la historia de este gran club.

Una final contra el Barcelona de Ronaldinho…

Estaba Ronaldinho, estaba Xavi, estaba Puyol… Es uno de los mejores Barcelona que ha habido. Muy poca gente creía que seríamos capaces de ganarle, pero lo más importante creímos los que estábamos en el equipo. Creyeron los jugadores, los directivos, el cuerpo técnico, nos unimos y logramos un título único.