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BogotáActualizado a

Existen jugadores que marcan diferencia y ese fue el caso de Juan Daniel Roa. Solidario con sus compañeros, los auxilia en todos los sectores del campo, corre como ninguno, comete y es lógico, pases desacertados. Pero en esta ocasión, realizó los dos pase-gol, para Meza y Rivera. Además lo he visto como lateral, volante y lo que muchos llamarían funcional aunque más claro sería decir, comodín. Y hoy en día se habla del pase -gol, en un acto de justicia, porque casi siempre los honores se los llevan los goleadores.

Santa Fe además superó con toda justicia a los de Estudiantes, que de paso se mostró como equipo tibio, limitado y sin reacción, después del primer gol santafereño. Además, Morelo tuvo a bien traer, trastear y llevar a Domínguez y Desábato. No marcó gol y eso sí, le dio un pase claro que no supo aprovechar Páez.

A Pérez, reconocido como gestor del juego punzante del equipo, no lució y no solo se llevó una tarjeta amarilla, sino que dejó ya en el final su puesto en la titular. Este caso merece una doble lectura. Es importante y no se niega la dependencia de sus compañeros a sus pases claros y pelotazos. Por eso debe resaltarse más lo de Roa, Meza, Torres y Morelo, quienes superaron la jornada oscura de Pérez.

Sin atenuantes perdió Estudiantes y ahora los cardenales pueden concentrarse con este mismo grupo de jugadores para el clásico ante Millonarios y esperar al Mineiro, con el cual hay deuda pendiente o a Internacional de Porto Alegre, que tiene un fútbol más atractivo para ver.