Mateo Casierra: “Me presenté como un grande”

No tuvo distracciones. Ingresó a la cancha convencido de que sería una gran tarde, su tarde en el Palogrande de Manizales, de que marcaría un gol para el Deportivo Cali. “En la mañana fui a la capilla a orar, le pedí a Dios y entré con esa seguridad”, comentó Mateo Casierra en diálogo con AS Colombia.

En la Liga, Casierra había debutado en la jornada 12 frente al Pasto, pero asegura que su presentación, ruidosa por demás, fue contra el Once Caldas, el domingo en el juego que certificó la clasificación de los azucareros a la serie final. “Me presenté como un grande, todos los delanteros sueñan con los goles y para mí fue algo importante”.

Y cuando le quedó el balón frente al arco, rememoró, se perfiló, apuntó y gol. Lo hizo dos veces, con la derecha y la izquierda, con frialdad y precisión, como siempre se lo han ponderado los entrenadores del conjunto azucarero. “En esos momentos me acordé de las indicaciones del profesor ‘Checho’ Angulo. Él siempre me dice que defina al palito, lejos del alcance del arquero y que me tome un segundo para ver la ubicación del arquero, y eso hice”, reconoció el joven atacante del Cali.

Casierra, fue contundente, lo hizo sin restarle un ápice de las orientaciones que recibe desde hace cuatro años, cuando llegó a la categoría perjuvenil del Deportivo Cali, procedente del equipo Samba Negra de Barbacoas (Nariño), el municipio donde nació un 13 de abril de 1997, donde no hacía otra actividad que jugar al fútbol -hasta cinco partidos en el día- y en sus ratos de descanso observaba a su abuelo trabajar el oro. Fue su abuelo quien le regaló sus primeros guayos.

Ausente Rafael Santos Borré, y tras la lesión de Miguel Murillo, el protagonista ahora es Mateo Casierra, otro juvenil, otro procedente de la caudalosa división menor del Deportivo Cali, otro goleador.

“Creo que el delantero más completo del Cali es Harold Preciado, aunque todos son grandes definidores y muy buenas personas”, reconoció el atacante, luego de su estridente presentación frente a los ‘albos’. Terminó adolorido pero sonriente. “Cuando corría, Camilo Pérez me pegaba en el pecho y me pisaba, me dio mucho ‘zapato’”, cerró Casierra. Alto, fortificado, define con los dos perfiles y va bien por elevación. Apenas tiene 18 años y ya le sobra seguridad.