Uniautónoma
Orellano: “Solo me falta el brazo al mirarme en el espejo”
El atacante de Uniautónoma, protagonista de la quinta fecha de la Copa Águila, habló con AS Colombia. Asegura que no le teme a nada.
Faltaron pocos. En la tribuna de preferencia del estadio Metropolitano estaban sus familiares, amigos y la mayoría de sus vecinos del barrio Las Ceibas. Faltó uno de ellos, Luis Enrique Niebles. En la mañana de ese miércoles, Niebles, tenía la presión alta, lo llevaron al hospital, le dieron de alta a las 7:00 de la noche; llegó a su casa, se dirigió a prender el televisor, agachó la cabeza, se esforzó por trasbocar y se desplomó.
De prisa, lo intentaron retornar al hospital. Murió en el camino. “No me pudo ver debutar”, se lamenta Lorenzo Orellano, el joven al que le falta el antebrazo izquierdo y que pese a ello se estrenó con Uniautónoma, frente al Junior, por la Copa Águila.
Orellano, apenas tiene 16 años, es zurdo, juega de extremo por izquierda o como atacante. Asegura que entre sus cualidades, sobresale la gambeta, el pase gol, la visión periférica y el buen remate. Su referente en el fútbol local siempre fue Giovanni Hernández, y fue ‘el Príncipe’ quien le dio la oportunidad de debutar en el balompié colombiano –ingresó a los 16 minutos del ST con el número 16 en su espalda-.
“Giovanni Hernández me dice que puedo llegar a ser mejor que él”, sostiene Orellano. Y agrega sobre los mensajes de convencimiento que le expresa su entrenador: “Antes de ingresar a la cancha, me dijo que hiciera lo que yo sé hacer, que no me diera miedo de encarar, y eso fue lo que hice”.
Orellano no quiere ser solo protagonista por el ruido mediático que suscita la ausencia de su antebrazo izquierdo. Quiere trascender, ser un jugador referente del conjunto barranquillero, y jugar en el extranjero. “No me da miedo encarar. Sé que me van a pegar y que los rivales van a quedar al borde de la expulsión”, asegura el atacante atlanticense.
El joven protagonista de la quinta jornada de la Copa Águila, reconoce que le falta consistencia corporal, sabe que debe fortificarse, pero no advierte limitantes.
“Sé proteger bien el balón, lo hago como si tuviera el brazo completo. No me veo como si me faltara el brazo, solo me doy cuenta cuando me miro al espejo, de resto, siempre me veo con mis dos brazos. Hago las cosas con la mayor facilidad, ya me he acostumbrado; inclusive, como mi padre es pensionado de la Armada, en la base naval le ofrecieron una prótesis, pero yo me negué”, afirmó el joven futbolista, quien se vinculó hace cerca de un año y medio a las divisiones menores del conjunto universitario, dirigido por Carlos Padilla.
Este miércoles, doña María Vallejo vio cumplida la profecía que le hicieron luego de que recibió los resultados de la ecografía de su hijo Lorenzo: “Va a ser futbolista, porque tiene las piernas largas”, le dijeron. Hoy, hay luto y celebración en su familia.