Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
Actualizado a

Atlético Nacional, venía sufriendo mucho en su sistema defensivo y sobre todo había generado discusión por aquello de utilizar una linea de tres zagueros, cuando los resultados derivaban a una solución lógica: trabajar con una zona de cuatro defensores. Sea como haya sido la decisión del técnico Osorio, en La Plata, ganó el juego más importante que le permite mirar con optimismo su último partido en el grupo. Al menos no dependerá de nadie, sino de si mismo, hablando de resultados.

Además, el partido contra Estudiantes le cayó como anillo al dedo. Primero porque se puso en ventaja en el primer tiempo con un gol de Yulián Mejía, que por sus movimientos resultó ser la excepción en un partido desordenado y jugado a los "trancazos" por Estudiantes y que fue derivando a una solida espera del Nacional. Que en la complementaria contó hasta con seis jugadores delante de Camilo Vargas, esperando y rechazando a cualquier lado. Y para reforzar el asunto, el papel asignado a Jefferson Duque y Copete fue el de hostigar la salida del uruguayo Álvaro Pereira.

Visto así, Nacional se adaptó a su plan, no tanto especulativo, sino de aguantar, como diciendo "a ver que hacen con la pelota los Pincharratas". Pasaron los minutos y armaron los del verde un muro, donde se estrellaron una y otra vez Cerutti y compañía.

Si los reproches al plan defensivo de Nacional, llovieron en los últimos días, ahora es justo reconocer que se concentraron sus jugadores en un trabajo, donde se despreocuparon de buscar el arco de Hilario Navarro y se aferraron a un plan de juego, poco vistoso aunque efectivo. Si Yulián Mejía fue el más claro cuando le permitieron tener la pelota y administrarla, es necesario reconocer el papel de Alexis Henríquez anticipando, rechazando y contagiando a sus compañeros. Nacional resucitó, está arriba en puntos en su grupo y salió de ese bache futbolístico que venía padeciendo.