Goles contra la amargura
Un gol de zurda, otro de derecha y pase gol. Falcao volvió a ser Falcao en la cancha del Estadio Nacional de Baréin. Preciso, insistente, intenso. Sus celebraciones, modestas como el rival, pero la esencia intacta. Llevaba 53 días sin marcar y en Riffa dijo no más. Es un goleador.
Pékerman hizo lo suyo. Ratificó a Falcao como titular y capitán, probó a Sánchez y a Medina como centrales, le entregó el lateral a Andrade, hizo debutar a Mojica y Rentería. Los cambios fluyeron con naturalidad, el equipo rindió y goleó. No podía ser de otra manera, el rival no puso resistencia.
Futbolísticamente no hubo prueba de fuego, pero sí una recarga de confianza. Fueron seis goles bien conseguidos, las sociedades funcionaron y los debutantes dieron muestras de clase con goles incluidos. Ramos, que no la pasa bien en el Dortmund, también marcó y estrenó una nueva coreografía con Cuadrado. Prueba de que el alma del la Selección sigue intacta.
Hay quienes no aplauden el triunfo porque su rol en la oposición no se los permite. Y sí, hoy no ganamos nada, pero lo goles son para festejarlos y también son una buena fórmula para contrarrestar la amargura.