Cuestión de mística

El éxito pesa porque convierte la ilusión en exigencia. Si se estuvo tan cerca en Brasil 2014, ¿por qué no concretar en la Copa América de Chile? A los hinchas les sobran los motivos para soñar y la nueva temporada de la Selección inicia con las expectativas de quien se acostumbró a ganar.

Lo futbolístico inquieta. Las decisiones técnicas de Van Gaal, Inzaghi, Klopp y Mourinho complican tener claro el nivel en el que llegan jugadores como Falcao, Armero, Ramos o Cuadrado a la Selección. Otros como James, Jackson y Zapata trabajan para volver a las canchas. Mucho talento, pero poco ritmo de competencia.

Pékerman reconoce que esta Selección está lejos de la que hizo historia en el Mundial. Los cambios de club desafortunados, el adiós de grandes líderes y las lesiones, las benditas lesiones, no han permitido contar con el equipo ideal desde hace tiempo. Sin embargo, el técnico argentino se compromete a pelear por todo lo que juegue.

No se puede vivir del pasado, pero tampoco se puede olvidar lo conseguido. Y el legado de Pékerman va más allá de las alegrías en el Mundial. La Selección cambió de mentalidad, se convirtió en una familia y entendió que respetar al rival implica preparar cada detalle.

"Hemos luchado mucho. Tuvimos fe, creímos, trabajamos y aspiramos al triunfo siempre", dijo José Néstor entre lágrimas tras la eliminación frente a Brasil. El país que seguía la transmisión  por TV se contagió de emoción. Era imposible no llorar.

Para los cuestionados amistosos frente a Baréin y Kwuait, el técnico convocó a 13 mundialistas, 6 jugadores conocidos y apostó por 5 futbolistas que nunca habían hecho parte del grupo. “Debemos mantener la mística. Cuantos más jóvenes se impregnen de ese sentimiento aseguraremos que eso pase”, explicó el DT tras leer la lista.

Mística, sentimiento, simbolismo, identidad. Todo lo que no se ve, pero da resultados. 22 triunfos, 6 empates y 5 derrotas en 33 partidos disputados en la era Pékerman lo comprueban.

Yo creo en esta Selección, ¿y usted?