No estuvieron
Perdió Santa Fe delante de Mineiro, con toda razón. Jugó decididamente mal y muy lejos de una formación que normalmente se moviliza con armonía y claridad.
No estuvieron dentro de lo esperado, ni Omar Pérez ni Luis Carlos Arias. Dos jugadores fundamentales en el funcionamiento del equipo. El primero con sus pases calculados y en profundidad, aprovechando la velocidad de Morelo y Quiñones, quienes por momentos, en la inicial, parecían entenderse en zona próxima al arquero brasileño.
Arias, no alcanzó la estatura futbolística de otros días y ni siquiera su buen remate en el poste, alcanzó para tapar su pobre presentación, el que pone alegría al juego, ofrece salida a sus compañeros, cuando estos están encartados con el balón.
Y si estos dos no están en su noche, el equipo pierde el norte o bota la brújula.
Aunque no se crea, existen jugadores que sienten cómodos y tranquilos después de ver una tarjeta amarilla. Ese parece ser el caso de Dairon Mosquera, que puede ser un buen lateral izquierdo, aunque en casi todos los partidos es amonestado.
Allí se tranquiliza y no es como tantos jugadores que quedan jugando al borde de la expulsión. Sería mucho mejor que entrara no a localizar la tarjeta, sino a preocuparse por jugar.
Mineiro mostró seguridad en el sistema defensivo, facilidad para pasar al ataque, aunque pecaron por ingenuidad en maniobras con claras opciones de gol, especialmente en el final.
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Los extranjeros Cárdenas y Pratto, hicieron poco pero cumplieron. Sherman hizo la pausa cuando pudo y sirvió un preciso tiro de esquina, para que Pratto ofreciera un certero cabezazo y los tres puntos. Después ambos fueron relevados, como si para el técnico ya hubieran cumplido la misión
Santa Fe continúa en la pelea por un cupo a ronda siguiente. Lució cansado en algunos valores y sin reacción delante de situaciones. Hay que entender que no todos los días se está de buen genio y con ganas de trabajar. Eso nos pasa a los seres humanos y a los equipos también.
