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América de Cali

Néider Morantes: “Mi esposa no me deja quitar los aretes”

El experimentado volante del América, contó, en diálogo con AS Colombia, detalles de su vida personal y comparó el fútbol de antes con el de ahora.

Cali
Néider Morantes, mediocampista del América de Cali
Felipe RincónAS COLOMBIA

“No me siento veterano”, precisa el creativo de 39 años de edad, un sobreviviente en un fútbol más dinámico, comercial, donde algunos clubes solo tienen como prioridad inflar a sus jugadores como mercancías. 

Néider Morantes no anda con vanidades. Reconoce que la admiración que le expresan sus compañeros y rivales es producto de su modestia. Se siente “uno más” en el América, aunque es evidente que su llegada, le cambió la fisonomía a un equipo ‘escarlata’ que no conocía la estética durante su permanencia en el Torneo del Ascenso. 

“Los rivales me expresan admiración y en este América todos son muy respetuosos, este es un grupo de amigos y yo me considero uno más. He aprendido de los jugadores jóvenes y de los de experiencia. Lo importante es que la gente te reconozca por ser persona antes que como futbolista y he tratado de ser humilde y me he ganado un respeto”, aseguró el creativo antioqueño. 

Morantes, tiene tres hijos –un hombre y dos mujeres- el mayor tiene 20, y una de sus hijas ya tiene novio; no le gusta que le digan suegro y se considera “celoso”. Y pese a que se le observan muchas canas en su rapado pelo, y algunas señales de expresión en su rostro, él asegura que tiene “alientos de jugar y de levantarme todas las mañanas a entrenar”. 

Además, procura disimular su veteranía; es un atleta y mantiene una excelente relación con el balón. Fuera de los campos, viste como un adolescente y en sus orejas brillan dos aretes. “Estos aretes son de plata, mi esposa no me los deja quitar, porque le gustan y ella es la que manda”, comentó risueño Morantes. 

Ya suma algo más de 20 años como futbolista profesional. En su fértil carrera, ha celebrado cuatro títulos con Atlético Nacional –dos locales y dos internacionales- además de uno con Independiente Medellín. Solo luego de seis años en el balompié nacional, tuvo la oportunidad de cruzar la frontera para jugar con el Atlante y el Irapuato mexicano. Once Caldas, Bucaramanga, Envigado y Barcelona de Ecuador, complementan su palmarés profesional. 

Por ello, ahora en el América, se decidió a hacer el paralelo entre la reciente era y los tiempos de otrora. “El fútbol no se juega con cédula, aunque en Colombia no es como en Europa que respetan al jugador veterano. Esto se volvió un negocio y aquí el jugador a los 29 años ya está viejo para el fútbol. Esto se volvió marketing. Ahora juegan los jóvenes y los que corran; mientras que antes no se vendían a las figuras, no había tanto empresario, ni internet, ni transmisiones de televisión. Los jugadores buenos no salían del país y era más difícil jugar”, resumió el veterano y entusiasta jugador del América.