Kuwait (I): Jeques con licencia para desafiar

El jeque kuwaití Fahad Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah murió asesinado ocho días antes de cumplir 45 años. Fue baleado mientras intentaba defender el Palacio Dasman de la invasión Iraquí, el 2 de agosto de 1990. Había sido formado en la Real Academia de Sandhurst, uno de los centros de instrucción militar más prestigiosos del mundo, pero esa madrugada ni él ni su ejército tenían opciones.

Dedicó gran parte de su vida al deporte: no en las canchas, pero sí en los escritorios. Fue presidente del Comité Olímpico, de la Federación de Fútbol, de la Federación de Baloncesto y hasta de la de Balonmano, así mismo, estuvo vinculado a la promoción de disciplinas como el karate, el boxeo y el remo no solo en su país sino en la región. Tuvo más de 12 altos cargos en Kuwait y Asia.

También fue el protagonista de uno de los más grandes escándalos en la historia de los Mundiales. Fahad es el personaje de turbante que bajó desafiante las gradas del estadio José Zorrilla de Valladolid hasta el campo de juego y tras unas palabras con el árbitro hizo anular un gol de Francia (4-1) que disputaba su segundo partido del grupo 2 frente a Kuwait, dirigido por Carlos Alberto Parreira, en la Copa Mundo del 82.

Al lado del jeque estuvo un hombre con un maletín café, un accesorio poco común para un partido de fútbol, pero sí para esta escena de película. Nunca quedó claro por qué la policía española los dejó entrar a la cancha. La confusión era total. Los jugadores y el técnico franceses llegaron a pensar que el poder del jeque incluso podía darle el triunfo al equipo árabe y vaya usted a saber qué más. Sin embargo, ese día perdió Kwait y meses después el juez que pitó el partido fue sancionado de por vida.

Tras el éxito con Parreira, en 1989 Kuwait fichó a Luiz Felipe Scolari como DT y con él consiguió uno de los 10 trofeos de la Copa del Golfo que tiene en su palmarés. Luego llegó la guerra y el técnico brasilero abandonó su cargo. El equipo de Fahad, que jugó su primer partido oficial en 1960, nunca volvió a un Mundial y en 2007 y 2009 fue suspendido por la Fifa por la injerencia política de sus gobernantes en el fútbol. Un asunto que parece superado, pero que certifica que 20 años después algo queda del legado del jeque Fahad.