Falcao, Berbatov y Welbeck

Fútbol místico. El que pemite revanchas como la de este lunes en Old Trafford. Danny Welbeck regresaba a la que fue su casa durante muchos años y de la que tuvo que salir por la ventana en el último día de transferencias del verano de 2014. En frente el técnico que nunca le creyó. Louis Van Gaal afirmó meses después de forzar su salida que el delantero no daba más que para ser suplente. Welbeck respondió con un gol que eliminó al United de la FA Cup y con el pecho inflado de emoción lo celebró ante la que fue su hinchada. Los fanáticos no lo reprocharon, nunca quisieron que se fuera. Si existen los códigos en el fútbol, cualquier juez aprobaría el festejo.

Fútbol caprichoso. Dimitar Bervatov sonríe. En la última jornada de la Liga 1 le anotó un golazo al Evian y hace un par de semanas fue protagonista en la victoria del Mónaco frente al Arsenal por la Champions League. El búlgaro, quien compartía camerino con Hugo Rodallega en el Fulham hasta que Falcao se lesionó, brilla en un club en el que se gana bien y los hinchas exigen poco. Llegó como reemplazo de El Tigre y se convirtió en el protagonista del guión que había sido escrito para el colombiano. Vive en el principado, disputa el torneo de clubes más importante de Europa, es figura. La suerte no se puede entrenar, pero también juega.

Fútbol impredecible. Welbeck salió del United para que llegara Falcao: delantero por delantero. El colombiano firmó en el extratiempo del mercado de pases y provocó aplausos, su fichaje parecía recompensa tras un semestre de frustraciones. Un gran jugador destinado a hacer historia en un gran club, sin embargo, seis meses después el sueño se convirtió en pesadilla. Falcao ha jugado 1216 minutos y ha marcado 4 veces en seis meses. Van Gaal defiende sus números ante la prensa, pero no en la cancha. El goleador indiscutido en Porto, Atlético de Madrid e incluso Mónaco ahora es un fijo en el banco.