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Historia AS

Jugador asegura ser “el más ‘salado’ del fútbol colombiano”

Janer Esteban Redondo ha sido dirigido por Lara, Gamero, Umaña… Enumeró sus infortunios en el fútbol y dice que su caso es único. Quiere jugar así sea gratis.

Cali
Janer Esteban Redondo, el más ‘salado’ del fútbol colombiano.
Héctor Fabio GruessoAs Colombia

"Un buen día para todos los presentes, agradecemos la atención, mi nombre es Janer Esteban Redondo, venimos ofreciendo planes de prevención exequiales, tienen un costo de 10 mil pesos mensuales, e incluye ocho miembros de la familia. Al respaldo de la publicidad está el espacio para que llenen sus datos personales”, recitaba en las IPS de Cali, cuando se desempeñaba como asesor comercial de servicios funerarios. Redondo es un samario, futbolista sin fortuna que no desfallece. Asegura que es el jugador “más ‘salado’ del fútbol colombiano” y lo comprueba.

De chico, avizoraba que su vida transcurriría en las principales canchas del mundo, que sería un futbolista reconocido y acaudalado. Creía que a la técnica de que la estaba provisto solo habría que agregarle el esfuerzo que nunca ha ahorrado, y que con el paso del tiempo, el éxito se cruzaría en su vida

Con 14 años, Hernando Ángel Montaño y Julio Valdivieso lo sumaron al Boca Juniors caleño, luego de que Redondo, con la categoría infantil de la selección de Magdalena, le convirtió dos goles al combinado vallecaucano. También se posicionó como máximo anotador juvenil con la selección Valle y en los torneos de Liga. Lo apodaban ‘Asprillita’, y estuvo en los micro-ciclos con la Selección Colombia Sub-17 que entrenaba ‘Basilico’ González (1998), pero “no me llevaron al campeonato Suramericano que se jugó en Perú”, recordó el jugador.

Redondo (12 de enero del 1982), tuvo regularidad como jugador del Cóndor F.C., que dirigía Hebert Armando Ríos, también lo hizo con el Bogotá F.C. que orientaba Alberto Gamero, en La Equidad que conducía John Faber López, y en el Quindío de Diego Edison Umaña. No obstante, desde el 2008 no recibe el trato de un digno jugador… No conoce de concentraciones, ni de entrevistas, ni de crioterapia, ni de viajes en avión. Ahora su posición es la de lateral derecho, aunque también se desempeña como extremo o volante central. Sus compañeros del fútbol coinciden en que “es un gran jugador”.

Su cadena de infortunios

Redondo siempre corrió infatigable, ilusionado, a abrazarse con la fortuna; la veía venir, sentía que se le presentaría, pero los imprevistos siempre se cruzaban, insistentes, obstinados.

1-“Mi mejor año fue con La Equidad, pero para la temporada siguiente, consideré que ya había cumplido un ciclo en la B, y acepté el llamado que me hizo Umaña para sumarme al Quindío, con tan mala fortuna que me lesioné y La Equidad logró el ascenso”.

2-“Oswaldo Mackenzie me ayudó para ir al Junior, todo estaba listo, hablamos con el entonces presidente Antonio Char, hice la pretemporada en enero del 2007, me iban a inscribir, pero el técnico ‘Zurdo’ López perdió tres partidos y lo sacaron, y yo también me tuve que ir”.

3-“En América en el 2007 me inscribieron pero nunca me pagaron, yo solo quería ponerme en forma, jugar y después aspirar a un buen contrato”.

4-“Entrené con el Dépor, iba a jugar gratis, el entonces técnico, Jorge Bermúdez, me quería, pero el dueño del equipo (Gustavo Moreno Arango) decidió no inscribirme para darle la oportunidad a un jugador del club.

5-“Entrené con el Pasto, por pedido de Jorge Bermúdez, quien era resistido por la hinchada y luego de que perdiera dos partidos, lo sacaron del equipo. El técnico que entró, pidió un incentivo, y nosotros le dimos un computador portátil, pero lo devolvió porque no tenía cámara, entonces, no me inscribieron”.

6-“En ese año con el Pasto, estaban de moda las ‘pirámides’, y casi todos los jugadores del equipo metieron dinero. Carlos Angulo ganó varias veces, Yair Arrechea invirtió 12 millones y recibió 24, Nelson Ramos tenía un Mazda 6 y lo vendió para invertirlo en la pirámide y ganó. Entonces, le dije a una persona que ha sido uno de mis benefactores, Rubén Castillo, que invirtiera, hasta que se decidió a enviarme 7 millones de pesos, con tan mala fortuna, que ocho días después se cayó ese negocio y perdimos la plata”.

7-“En 2009 fui a Paraguay, jugué ocho meses con el 3 de febrero, pero no pagaban, gracias a Dios conocí a una persona que me ayudaba con la alimentación, porque la vivienda se la fiaban al club. El equipo estaba en la primera división y ese año descendió”.

8-“En 2010, entrenando en las canchas del Parque de la Caña en Cali, conocí a un médico que decía tener contactos para enviarme a jugar a Honduras, entonces, mis amigos me ayudaron a reunir 2 millones de pesos que exigía el médico, y cuando se los dimos, se desapareció con el dinero”.

9-“Iniciando el 2010 hice la pretemporada con el Cortuluá, y me ilusioné porque el entonces técnico del equipo, Fernando Velasco, necesitaba un lateral derecho, pero a pocos días para la inscripción, me dijeron que le iban a dar la oportunidad a los jugadores jóvenes”.

Por lo anterior, Redondo asegura que “ha sido mala suerte, porque no he sido ni vago ni conflictivo, y no me he enterado que haya otro jugador en Colombia con tan mala fortuna, creo que he sido el jugador más ‘salado’ del fútbol colombiano”.

Por ello, Janer Esteban Redondo se decidió a ejercer como asesor comercial de servicios funerarios, era un empleado destacado, registraba un promedio de 60 afiliaciones al mes, y así estuvo durante cerca de dos años.

Pero es que Redondo, o ‘Papote’, como lo apodan sus cercanos, ha querido llorar luego de celebrar un campeonato, emocionado, frente a las cámaras, pero ha tenido que hacerlo en soledad, estéril, queriendo sin poder.

“Por el fútbol he derramado muchas lágrimas, han sido más que las alegrías, pero el fútbol es lo más lindo que hay en el mundo, y es difícil dejarlo. Sé que físicamente estoy bien y si es de jugar gratis, lo hago, solo quiero demostrar que tengo condiciones”, asegura el funcional jugador de 33 años de edad.

Y lo ha cumplido. Iniciando el 2014, vendió la moto que le servía de transporte –su único bien- para emigrar al balompié de Paraguay. Uno de sus benefactores y quien ahora es su representante, Iván Mina, lo ubicó en el River Plate del campeonato del ascenso. “Allá jugué prácticamente gratis, en unas condiciones difíciles, lo poco que me ganaba era para la comida. Por fortuna, mis amigos del fútbol, Arnul Ramírez, Johnnier Montaño, ‘Matu’, Rubén Castillo, Juan Pablo Filigrana y Mina, me enviaban dinero para poder sobrevivir”, agradeció.

No obstante a lo anterior, Redondo no se da por vencido, realiza todos los días actividad física en el parque del barrio Ingenio en Cali y mantiene contacto con el balón. Sabe que para poder jugar en la actualidad, seguramente tendrá que dar alguna comisión y de ello ha sido testigo: “En el 2008 con el Pasto, me tocó ver a un jugador que vendió su carro y le dio la plata al técnico y jugó durante todo el semestre”.