Las verdades de Millonarios
Millonarios ha jugado cinco fechas de las ocho disputadas y, hasta ahora, no convence. No gana y pierde hasta los partidos de la Copa Águila.
Decepcionante este Millonarios, después de un buen arranque de Liga con tres victorias seguidas. En lugar de ir mejorando y demostrando el trabajo de la pretemporada, al equipo se le olvidó hacer goles y la propuesta que mostró en esos primeros juegos se extravió. Se volvió el mismo equipo intrascendente sin fútbol del año pasado.
Dicen que no hay crisis, pero de resultados sí la hay. Ya son tres partidos seguidos sin conocer la victoria: dos por Liga Águila -uno con goleada histórica- y el otro por Copa.
Luego de tres triunfos al hilo se confiaron. Pensaban que estaba todo hecho, que le habían cambiado la cara al equipo y convencido a la afición. Pero no fue así.
No quisieron aceptar y corregir que, pese a ganarle a Patriotas, Cúcuta y Cortuluá, los rivales no atacaron, vinieron a esperar y poco se esforzaron. Sin embargo, por momentos salieron a relucir los problemas defensivos muy graves y se comprobó que al equipo le hace falta un volante de contención de verdad, porque por ahora solamente juegan volantes mixtos y de armado. Todo está pasando derecho hasta las manos del arquero Nicolás Vikonis.
Es hora de exigirles a los refuerzos que, hasta ahora, están en deuda no solo con el técnico sino con la afición. De todos se sabe que pueden dar más. Les toca empezar a respaldar ese visto bueno que les dio Lunari para que llegaran.
Para Millonarios no hay mañana; es ahora cuando tiene que reaccionar. Además porque el mismo Lunari lo dijo antes de empezar el torneo: “que no tenía más excusas”, “que este es su equipo” y que, como tal, “le tenemos que exigir”.
Con este grupo que hay se puede armar un mejor equipo para encarar los partidos, ser más equilibrados, menos descompensados, más comprometidos con la causa y con el primer objetivo: llegar a las instancias finales.