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Era hora que volviera el fútbol nuestro. Ya pasó ese mes de rumores, salida de jugadores y armar las nuevas formaciones dentro del apretado presupuesto y la escasez de billete para adquirir talento.

Volvió el futbol al centro del Valle, donde se destacaron dos detalles. El público casero con las ganas de regresar al 12 de Octubre, reconociendo que Envigado no despertaba expectativa. Otro detalle el mal estado del campo de juego. Cumple con las dimensiones reglamentarias, pero el descuido de gramilla es triste. La imprecisión en los pases de balón entre jugadores resulta comprensible, por la irregularidad del campo y terminan los jugadores "reventando" la pelota a cualquier lado.

No fue un gran partido ni mucho menos. Se destacó la entrega de Cortuluá en el segundo tiempo y el poco interés ofensivo de Envigado. Algunos jugadores me llamaron la atención porque tienen ese detalle de querer jugar bien: Jerry Ortiz quien tiene buen remate a distancia y ya se había perfilado en ese sentido en los cuadrangulares recientemente disputados en Bogotá y Medina y Borja, quienes fueron enviados por Jaime De la Pava al segundo tiempo, le dieron dinámica al equipo que concluyó controlando a Envigado hasta que consiguió el merecido empate.

En el visitante John Méndez tiene condiciones para organizar, aunque se extrañe a Neider Morantes que hacia como correspondía, la pausa y daba salida a los de arriba. Lo cierto es que Cortuluá más que Envigado carga ese morral del promedio de descenso. Y tendrá ese reto de salir bien librado de ese lastre. La euforia de regresar a la liga principal, ya pasó, porque la cuestión de hoy es ganar y ganar puntos.