NACIÓN

Novenas de Bogotá Navidad hoy, 24 de diciembre: Oración, villancicos y cantos en Colombia

Conozca cuál es la tradicional oración del último día de novena con el que se conmemora la natalidad de Jesús y la importancia de los cánticos dentro de las celebraciones.

Desde el pasado 16 de diciembre, la Alcaldía de Bogotá adelantó actividades de integración familiar para que residentes y habitantes de la capital del país participen en la Novena de Aguinaldos con la que los feligreses católicos se preparan para la conmemoración del nacimiento de Jesús de Nazaret. En múltiples localidades, de hecho, se llevaron a cabo shows musicales que contaron con la intervención de artistas como Paola Jara, Jhon Alex Castaño, Jeison Jiménez, Tupamaros y Giovanny Ayala.

Sin embargo, para este diciembre 24 de diciembre, día en el que los colombianos se reúnen con sus familias, amigos y seres queridos para intercambiar regalos de navidad y compartir las tradicionales cenas de nochebuena, la administración no anunció la organización de nuevos eventos de carácter público, pues se prevé que los ciudadanos permanezcan reunidos en sus hogares.

¿Cuál es la oración tradicional el último día de novena?

La intención del noveno día se concentra en la natividad de Jesús y en las peticiones de los feligreses en materia de espiritualidad para el nuevo ciclo religioso que inicia tras la llegada del Hijo de Dios hecho hombre. Esta es la oración del último día de la Novena de Aguinaldos sugerida por el equipo de las Fuerzas Militares:

“La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres, y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina. Seguía a la reina de los ángeles el jumento que le había servido de humilde cabalgadura durante el viaje, y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado allí probablemente por alguno de los caminantes que habían ido a buscar hospedaje en la ciudad.

El Divino Niño, desconocido por sus criaturas racionales, va a tener que acudir a los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto y con su humilde actitud el respeto y la adoración que le había negado Belén. La rojiza linterna que José tiene en la mano ilumina tenuemente ese pobrísimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura profética de las maravillas del altar, y de la íntima y prodigiosa unión eucarística que Jesús ha de contraer con los hombres.

María está en adoración en medio de la gruta, y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche llena de misterio. Pero ha llegado la medianoche, y de repente vemos dentro de ese pesebre, poco antes vacío, al Divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con inefable anhelo. A sus pies se postra su Santísima Madre, en los transportes de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imponderable oficio de padre adoptivo del Redentor de los hombres.

La multitud de ángeles que desciende de los cielos a contemplar esa maravilla sin par, dejan estallar su alegría y hacen vibrar en los aires las armonías de ese Gloria in Excelsis que es el eco de la adoración que se produce en torno del Altísimo, hecha perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra. Convocados por ellos, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al recién nacido y presentarle sus humildes ofrendas.

Ya brilla en oriente la misteriosa estrella de Jacob, y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana espléndida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso, y la mirra, que son símbolos de la caridad, la adoración y la mortificación.

¡Oh adorado Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos al día de vuestra Navidad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración. ¡No la rechacéis! ¡Ven a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor! Encended en ellos la devoción a vuestra santa infancia, no intermitente y sólo circunscrita al tiempo de vuestra Navidad, sino siempre y en todos los tiempos; devoción que fielmente practicada y celosamente propagada, nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando nosotros todas las virtudes cristianas”.

¿Por qué se realizan gozos en Navidad?

En Colombia, en el último día de novena se conmemora el nacimiento de Jesús en un pesebre de Belén, por lo que los feligreses realizan la oración del día nueve, sumado a la oración de todos los días, la oración a la Vírgen María, la oración a San José, la oración al Niño Jesús y los gozos. De acuerdo con la Conferencia Episcopal de Colombia, los tradicionales cánticos también son una pieza clave durante el novenario:

“Dentro de la Novena de Navidad, los gozos se destacan como atractivos estribillos que cautivan a pequeños y grandes durante su rezo. Estos doce gozos, inspirados en pasajes bíblicos, conectan de manera especial la tradición con la espiritualidad. Según comenta el padre Raúl Ortiz, cada uno de los doce gozos se sumerge en la riqueza de la Sagrada Escritura. Desde la llamada a la sabiduría de Dios hasta la alabanza como llave de David, los gozos trascienden lo superficial para abordar temas como la venida del Mesías, representando una tensión entre su primera llegada y la espera de su regreso”, explica la comunidad católica.

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