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NAVIDAD

Novena de aguinaldos, lunes 16 de diciembre: Villancicos y oraciones del día 1

En este artículo le contamos cuáles son las oraciones realizadas durante el primer día de novena que prepara a los creyentes para el 24 de diciembre.

Novena de aguinaldos, lunes 16 de diciembre: Villancicos y oraciones del día 1
ColprensaMario Franco

A partir de este lunes, la comunidad de feligreses católicos da apertura a la tradicional novena de aguinaldos, la cual se extenderá hasta el próximo 24 de diciembre en conmemoración al nacimiento de Jesús de Nazaret. Esta costumbre, que reúne a las familias colombianas durante nueve días seguidos, es un espacio de oración y unión que prepara a los religiosos para la Nochebuena.

Este clásico encuentro, en el que se cantan villancicos y se comparten preparaciones como natilla, buñuelos, arroz con leche, galletas y vino, suele realizarse frente a un pesebre con las figuras representativas de José y María. Diariamente, mientras se reza una oración diferente, los creyentes esperan la denominada ‘Llegada del Niño Dios’ en el siguiente orden:

  1. Peregrinación. 
  2. Oración para todos los días. 
  3. Oración del día. 
  4. Oración a la Virgen María. 
  5. Oración a San José. 
  6. Gozos 
  7. Villancicos.

¿Cómo es la oración para el primer día de novena?

Este lunes, los feligreses darán apertura a este legado religioso con una reflexión basada en la humildad de Jesús, quien se dispuso a nacer en un pesebre para cumplir con el propósito de su Padre. Estas son las oraciones tradicionalmente realizadas en la Novena de Aguinaldos, las cuales fueron recopiladas por el diario El Tiempo:

Oración para todos los días

Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen, naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio. Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

Primer día de la Novena

Los envió a decir al Señor: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? … y les respondió: vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia la buena noticia a los pobres (Lc 7,19. 22).

En Navidad conmemoramos el cumplimiento de las profecías divinas y el nacimiento, en nuestra tierra, del Mesías, esperado durante siglos. Es el tiempo en el que celebramos el misterio de la encarnación, por el que el Dios altísimo se hace humano, se hace tan cercano que lo podemos contemplar como uno de nosotros, solidario en todo con nuestra humanidad, solidario con nuestras alegrías y esperanzas, así como de nuestras tristezas y angustias.

Ante el portal de Belén descubrimos a Dios en la pobreza del pesebre y en la fragilidad de un niño. Así la celebración de la Navidad nos invita siempre a reconocer y a servir a Jesús en los débiles, excluidos y vulnerables de nuestro mundo: en los enfermos, los pobres, los migrantes, los desempleados y los que ahora mueren por causa de la violencia en nuestro país.

Oración a la Virgen

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo. ¡Oh dulcísima Madre!, comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tú para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

Se reza tres veces el Ave María.

Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

Rezar un Padre Nuestro.

Oración al Niño Dios

Acuérdate, ¡Oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”. Llenos de confianza en ti, ¡oh Jesús, que eres la misma verdad!, venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.

Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

Se reza tres veces Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo

Gozos

  • Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
    Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias,
  • siempre recordemos que nos has salvado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.  ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
  • Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

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