Asesinatos continuos y ley del silencio: el duro barrio de Barranquilla que se ha vuelto tendencia
Durante más de una década este sector ha sido estigmatizado debido a que gran parte de sus habitantes son víctimas del conflicto armado.

La intimidación, los asesinatos y las amenazas han silenciado la voz de los habitantes de una de las comunidades más vulnerables de Barranquilla: Las Gardenias. Este barrio, en el que se estima que residen alrededor de 40 mil personas, es víctima de las bandas de crimen organizado que se han apoderado del sector, estigmatizado durante años por tratarse de un proyecto dirigido a los afectados por el conflicto armado.
“Aquí pueden coger y acabar con todo el barrio y nadie dice nada. Como para Barranquilla somos lo peor del mundo. ¿Cómo pretenden que 40 mil personas no tengan problemas de convivencia si nos meten en 2 kilómetros de viviendas? Esto se salió de control”, cuenta uno de los líderes comunales de Las Gardenias a El Tiempo.
Hace alrededor de diez años, la exalcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera, entregó en este barrio más de tres mil apartamentos con una dimensión aproximada de 40 metros cuadrados. Sin embargo, se estima que en cada vivienda pueden habitar hasta ocho personas. El hacinamiento, la pobreza, la estigmatización y la ausencia estatal han convertido a Las Gardenias en la guarida ideal para los grupos delincuenciales.
Aumentan las cifras de desplazados
El pasado viernes 17 de enero, de hecho, uno de los líderes comunitarios con mayor reconocimiento en el barrio, Miller Ojeda, fue amenazado y, posteriormente, asesinado. La muerte de Ojeda, al parecer, estaría relacionada con la captura de alias ‘Butaca’, un sujeto dedicado a robar motocicletas en el sector y a quien, se presume, Miller había denunciado.
“Los habitantes del barrio Las Gardenias estamos muy preocupados porque se están apagando las voces de los líderes. Así como Miller, los otros líderes también están siendo amenazados y extorsionados por diferentes estructuras que han llegado y se han quedado”, sostuvo otro de los habitantes del sector en conversación con Caracol Radio.
A causa del alto riesgo que supone vivir en esta zona del suroccidente de Barranquilla, se calcula que alrededor de 18 familias han abandonado el barrio para huir de la violencia, luego del asesinato de Miller. Los habitantes temen, además, por el tráfico de armas y la presencia de personas prófugas de la justicia en esta región de la capital del Atlántico.
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