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Asensio ya no es un becario

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Marco Asensio es un futbolista de una dimensión superior. Te lo reconocen sus compañeros de vestuario, que alucinan con las cosas que hace cada mañana en los entrenamientos de Valdebebas. El Madrid supo moverse con habilidad hace año y medio y ató por menos de cuatro millones de euros a un jugador que acabará siendo de culto. Técnica prodigiosa, atrevido, malabarista con el balón, con un disparo brutal desde lejos… Asensio dejó su carta de presentación en Trondheim en el mes de agosto, con motivo de la Supercopa de Europa ante el Sevilla. Fue titular por las ausencia de Kroos, Bale y Cristiano, aún en periodo vacacional. Asensio abrió el marcador con un chutazo de 30 metros que dejó a Sergio Rico, gran portero, sin capacidad de respuesta. También debutó en Liga en Anoeta con un gol de vaselina a Rulli que causó el asombro de Anoeta. No hace falta que les recuerde el golazo en Copa que le metió al Sevilla en el Pizjuán después de recorrer 80 metros con la pelota cosida a sus botas mágicas.

Pues la marcha de James es una declaración de intenciones de Zidane y del club para reforzar la apuesta por este futbolista llamado a ser uno de los herederos de Iniesta en la Selección Española. El mallorquín es muy joven, 21 años, pero ya no es un becario en prácticas. Se ha ganado el derecho a ser tratado como uno de los futuros pesos pesados de la plantilla más cualificada del mundo. A Asensio no le podrá la responsabilidad. La vida le golpeó duro (perdió muy pronto a su madre) y ha sabido madurar desde la responsabilidad y el sentido de la autoexigencia. Asensio es una joya que el Madrid debe pulir ya. James cogerá las maletas en junio y es el momento de darle al chaval más galones (o sea, más minutos). Cuando Asensio tenga la cuota de pantalla que su talento reclama, muchos aficionados al fútbol darán las gracias. Nos dará grandes tardes de fútbol. Escrito queda.