Solo cuando el árbitro haga sonar las tres notas finales y señale el centro del campo, Hernán Torres celebrará . Cauteloso, evita adelantarse a los hechos. Dice que no ha imaginado el día en que cesará el largo padecimiento del América en la B. Sólo confía en la planificación de su trabajo, en la respuesta de los jugadores en el campo y en ir paso a paso. Este domingo frente a Popayán (1:30 p.m.) Hernán Torres podría quedar entronizado en la historia del equipo vallecaucano. Los rojos, líderes del Grupo B (9 puntos) deberán ganarle al equipo local (último y sin aspiraciones, 2 puntos) y que el Quindío no haga lo propio en su estadio frente al Real Cartagena. De esa manera, se escribirá una nueva historia, será la épica. ¿Cuál es la decisión más difícil que ha tomado en su vida? “Sacar jugadores, es muy difícil. No duerme uno pensando en la decisión, analizando los pros y contras, eso quita la tranquilidad interior”. Porque en ocasiones los jugadores son como los hijos de los técnicos… “Sí, eso es. Y tomar una decisión de esas, que una persona se quede sin su ilusión y sin empleo, es duro, parte el alma pero son decisiones que en ocasiones hay que tomar. Para todos los técnicos es difícil”. ¿Qué le genera sentimiento de culpa? “He sido soberbio muchas veces, muy explosivo. He causado peleas que no han tenido que ser. Pero todas esas cosas lo llevan a uno a tener madurez en su profesión y estamos en ese proceso. Cuando agredo a alguien lo reconozco y voy le pido disculpas”. ¿Qué le ha sacado más canas? “Esta profesión de técnico es muy compleja. Uno no tiene paz nunca. Gane, pierda o empate, pero me gusta. Cuando fui arquero mi padre me decía que no escogiera esa posición. No pensaba ser técnico, y cuando llegó la posibilidad lo hice, ahora amo esta profesión, es parte de mi vida”. También fue una decisión difícil asumir la dirección técnica del América… “Es un reto. Primero tuve una conversación con Tulio Gómez, luego con Oreste Sangiovanni. Ahora estamos aquí tratando de llegar a la meta”. ¿No pensó en los anteriores técnicos que fracasaron en el intento? “No pensé en nadie, ni en mi familia. Dije que sí y me vine”. ¿Cuál hinchada lo ha sorprendido durante tantos años en el fútbol? “Todas las hinchadas conmueven e incitan a luchar. Y la hinchada del América es sorprendente, hay en todo lado y sé que están esperando el momento lindo. Dios quiera lo podamos conseguir”. ¿Estas instancias le generan taquicardia? “Últimamente he estado muy tranquilo. Antes me desesperaba más en los juegos, gritaba… pero ver al grupo seguro, da tranquilidad”. ¿Es más temperamental su papá o su mamá? “Yo soy más temperamental que los dos”. ¿Cree que el ascenso se dará este domingo en Popayán? “Hasta que no juegue no digo nada. La vida y el fútbol me han enseñado a no predecir las cosas. No me mato la cabeza pensando en qué va a pasar, me la mato pensando en cómo plantear el partido. Tengo mi cabeza puesta en Popayán desde que terminamos el partido en Cartagena”. ¿Cuándo se le escapó la posibilidad de las manos? “En el 2010 (Finalización) estaba seguro de ser campeón con el Tolima y perdí la final contra el Once Caldas. Ganamos en Ibagué 2-1 y perdimos 3-1 en Manizales con el equipo que dirigía Juan Carlos Osorio. No jugamos bien y el rival lo aprovechó”. ¿Lo afectó mucho anímicamente? “Mucho, aunque el técnico es como los payasos, tiene el infierno por dentro pero deben reírse”. Probablemente lo veremos reír… “Ojalá pueda pasar un fin de año feliz con mi familia”. Frente a Popayán, en el penúltimo juego del cuadrangular B, Hernán Torres repetirá la nómina con la que ha encarado los tres anteriores juegos y logró tres victorias al hilo . Universitario de Popayán : Óscar Ramos, Leiser Chaverra, Anuar Hurtado, Jesús Figueroa, Juan Bedoya, Yeiner Torres; Hárold Balanta, Hárold Sánchez, Steven Bermúdez, Guillermo Murillo y Wilson España. América : Carlos Bejarano; Juan Camilo Angulo, Diego Herner, Efraín Cortés, Járol Martínez; Jonny Mosquera, Camilo Ayala, Steven Lucumí, Brayan Angulo, Cristian Martínez Borja y Ernesto Farías.