Juegos Olímpicos | Pesas
Por ahora, el campeón Figueroa toma el reposo del guerrero
En principio dijo que se retiraba de la actividad deportiva con 33 años y dos medallas una de plata y otra de oro en las olimpiadas. Sin embargo, se ilusiona con 2020.
Sus festejos de gloria están cargados de simbolismos. Primero en 2012. En esa redención inicial en la que rompió la presión por su desempeño olímpico. En sus terceros Juegos, los de Londres, ganó la plata en el último intento por levantar los 177 kilogramos en envión. Tras su grito de desahogo se llevó el dedo índice derecho a su frente y la señaló varias veces. “Todo está en la mente”, fue el primer mensaje abreviado del pesista antes de subir al segundo puesto del podio.
"Intenté concentrarme mucho más. Tranquilizarme porque había mucha ansiedad. Estoy contento por el título, fue muy merecido. Era mi tercera Olimpiada. Hace mucho tiempo veníamos buscando un triunfo como este", explicó después.
En Beijing 2008 una lesión en la muñeca lo sacó de la competencia. La palanqueta se quedó en el piso y lo vio llorar. Se juró volver por la victoria.
Ahora, en Río de Janeiro entre una multitud que lo aclamó se colgó el oro. Su madurez quedó en evidencia. Las heridas de guerra lo hicieron crecer. Quiso mejorar su record olímpico con 179 kilos. No le alcanzó. La máxima medalla fue el botín.
Entonces, se quitó las botas. Dio unos pasos atrás, hizo una reverencia y le estampó un beso a los discos que lo consagraron campeón. Otros de sus simbolismos para anunciar su retiro.
"Solo quiero decirles que no estaba viejo. Simplemente tengo más experiencia y allí en la plataforma lo pudieron ver", manifestó.
A los 33 años y ganador absoluto del ciclo olímpico se despidió. Más tarde dijo que se ilusiona con 2020. Por ahora, el guerrero toma reposo.