Santa Fe es finalista de la Copa Sudamericana y espera rival
Empató 0-0 con Sportivo Luqueño en Bogotá con más coraje que fútbol y disputará el título de la Sudamericana frente a Huracán o River. Las finales son el 2 y 9 de diciembre.
Hace rato que el fútbol no le alcanza. El coraje le gana a la calma. Omar Pérez está sólo para media hora, pero el amor es más fuerte. Santa Fe refundió la autoridad para sacar los partidos. Perdió el sentido colectivo. Aguanta y desafía al límite al reloj. Gana en ese juego traicionero, porque le sobra corazón.
Frente a Sportivo Luqueño se decidió por la fortaleza física del ecuatoriano Daniel Angulo que ganó de arriba y bajó la pelota para Wilson Morelo que llegó siempre, aunque incómodo ante el portero Arnaldo Giménez. El delantero no anota desde hace dos meses y extraña los pases largos y por el piso con los que hace daño con su gambeta en velocidad.
Sin la dinámica de Juan Daniel Roa, el equipo jugó lejos del arco. Luis Manuel Seijas estuvo muy solo para conducir el equipo. Yeison Gordillo y Sebastián Salazar quitan y entregan hasta ahí. La pelota quieta con vía alterna tampoco llegó, el ataque fue poco en el primer tiempo.
Entonces, a los 60 minutos de juego entró Omar que además de capitán es un estado de ánimo. La pelota fluyó mejor, aunque Morelo se nubló por los roces con los paraguayos que con la obligación de ganar mostraron poco en El Campín. El ingreso de Miguel Boja por el monteriano apenas se sintió en el área. Perdió en los duelos con los defensores que con torpeza despejaron.
Este empate que le dio el paso a la final no discute con la emoción por este logro que disfrutó por última vez en 1999 cuando disputó con América de Cali el título de la Copa Merconorte. Pero con el fútbol, si está en desventaja.
Santa Fe jugará con el ganador de la serie entre argentinos que favorece 1-0 a Huracán sobre River Plate. Las finales serán el 2 de diciembre en Buenos Aires y el 9 de diciembre en Bogotá.
Sobró garra, faltó autoridad. Santa Fe a la final y obligado a reencontrarse con la pelota. El fútbol es caprichoso y traicionero. Se sabe.