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Santa Fe

Yerry Mina: Pasó de los guantes a resguardar la defensa cardenal

A sus 20 años se consolida en la zaga de Santa Fe, equipo del que es hincha. Mina dejó los guantes por consejo de un exarquero: su padre.

Bogotá
Con 1,93 metros de altura, el jugador cambió la profesión de portero a defensa. Registra 5 goles con Santa Fe.
Felipe Rincón

Desde niño estuvo rodeado de guantes, guayos y siempre pendiente de proteger el arco. Es hijo del exarquero José Eulises Mina y sobrino del también exguardameta Jair Mina. A ambos les heredó la pasión por el fútbol e incluso el porte para ocupar esa misma posición.

Pero fue precisamente su padre quien evitó que siguiera sus pasos, le aconsejó que jugara en una posición distinta. Su calidad, su estatura de 1,93 metros y su agilidad en el juego aéreo lo convertían en una gran promesa en la defensa de cualquier equipo.

“Cuando comencé era arquero pero mi papá insistió en que no jugara en esa posición. Tanto él como mi tío siempre me dan consejos, que esté concentrado, que no me salga del partido y en especial que siempre esté motivado”, cuenta el juvenil.

Y así fue como Yerry Mina colgó los guantes luego de tener sus primeros pinitos en el fútbol como guardameta. Ahora, cuida las redes desde una posición más adelantada, como defensa central, y que le permite incluso ‘disfrazarse’ de delantero para elevarse a su más alto nivel en busca de un gol.

Mina debutó como profesional en el 2013 con el Deportivo Pasto, pero su sueño era vestir la camiseta del primer campeón de Colombia y en 2014 lo hizo realidad, se vinculó a Independiente Santa Fe, club en el que se ha consolidado como uno de los mejores juveniles y centrales de la actualidad.

A sus 20 años ha logrado dos títulos, uno de Liga Postobón (2014 II) y uno de Superliga Postobón (2015). En este último fue protagonista al convertir el primer gol del triunfo 2-0 frente a Atlético Nacional. Omar Pérez le envió un pase, Mina cabeceó directo al arco pero el arquero Franco Armani rechazó; en el rebote, de nuevo, el central apareció, de taquito acomodó la pelota y remató fuerte arriba para anotar un golazo.

“Es muy importante tener esa opción de buscar los goles, es un bonito recurso que tenemos los centrales. Cuando voy al ataque se me da el gol, espero marcar muchos más. Mi papá y mi tío siempre me dicen dónde me tengo que ubicar para que me llegue más el balón y es uno de los consejos que les agradezco”, indica.

Mina registra cinco goles con Santa Fe. El más reciente fue el que le marcó a Colo Colo en Santiago de Chile, en la fecha 5 del grupo 1 de la Copa Libertadores. Recibió un pase de su mejor cómplice, Omar Pérez, un cobro de tiro libre perfecto desde el costado izquierdo de la cancha, que llegó al centro del área para que Yerri, el jugador más alto y joven del equipo, marcara su primer tanto en el torneo continental y sentenciara el triunfo de Santa Fe 3-0.

“Fue un bonito tanto en tierras chilenas y en Copa Libertadores, mi primer gol en el torneo internacional. Gracias a Dios se me dio, espero seguir marcando y mantener el rendimiento que he tenido hasta ahora”, manifiesta.

Mina ha encajado en el engranaje del Santa Fe actual, del campeón, de ese equipo que se acostumbró a ganar. Lleva el ADN que exige el técnico Gustavo Costas, el de los vencedores, y bajo el mando del argentino se ganó un puesto en el once titular. Este año ha jugado los seis partidos que ha disputado el cuadro ‘cardenal’ en Copa Libertadores y en la Liga Águila ha actuado en 12, durante 995 minutos.

Este viernes, por primera vez, será baja. No podrá actuar frente a Envigado por acumulación de tarjetas amarillas, pero encabezará la lista de viajeros a Argentina para el juego de la próxima semana ante Estudiantes de la Plata, en la ida de los octavos de final de la Libertadores 2015.

Un jugador que le saca provecho a sus 1,93 metros de altura para darle seguridad, presencia, porte y gol al campeón de Colombia. Yerry Mina, un juvenil que pasó de cuidar los tres palos a defender y que de vez en cuando usa con eficacia su disfraz de delantero.