
Johan Arango: “Tengo una deuda, es jugar en América”
En este episodio Johan Arango confesó que cosas pasaron en su vida que lo llevaron a ser un jugador admirado por su talento y polémico por sus decisiones.
Johan Arango sigue activo y con ganas de seguir desarrollando su carrera profesional en el fútbol colombiano. Aunque, hoy en día, juega en la segunda división con Inter Palmira, en sus planes está regresar a la primera categoría y, en unos años, decidir que hacer luego del retiro -cuenta que quisiera estudiar una carrera profesional y alejarse del fútbol-.
América de Cali, Atlético FC, Universitario de Popayán, Uniautónoma, Once Caldas, DIM, Deportivo Pasto, Independiente Santa Fe, Juárez (México), Al-Batin (Arabia Saudita), Tamaulipas (México), Binacional (Perú), Jaguares e Inter Palmira han sido los clubes de su carrera. En entrevista con AS Colombia, el extremo repasó su carrera y habló sobre su comportamiento fuera de las canchas.
Inicios e influencia de su familia
Su relación con Paulo César Arango: “Últimamente dejé de dar muchas entrevistas porque tergiversaban mis palabras. De un tiempo para acá tomé la decisión de no dar entrevistas y por eso hace rato no salía por ningún lado. No soy tímido, para nada. Paulo siempre ha sido más serio y tranquilo, yo siempre fui el más loquito y cansón de la casa. Tenemos una buena amistad, somos el uno para el otro. Él va a mis partidos y es uno de los que más me critica para mejorar y hacer las cosas bien; él vive regañándome todavía. Con esta edad qué le voy a hacer caso (risas), pero lo escucho mucho. Él es mi segundo padre, de siete hermanos es el más cercano”.
La pasión del fútbol en su familia: “Somos del barrio San Carlos de Cali. Desde que tengo uso de razón ahí está la casa que no dio nuestro padre. Todo empezó por Paulo, mi hermano mayor. Mi papá trabajó en las empresas por jugar fútbol y él siempre le inculcó a Paulo que él quería ver a su hijo jugador. Somos cuatro hermanos hombres y todos tenemos nombres brasileros: Paulo César, Ronaldo, Romario y yo soy Johan Leandro. Romario jugó en América y tuvo una lesión por andar en una moto y no pudo seguir; él es de la edad de (Santiago) Moreno, el que está en Estados Unidos. Ronaldo sí fue el más vaguito y callejero de la casa y nunca estuvo seriamente en un equipo”.
Sus inicios en el fútbol: “Desde los 7 años me buscaban en la casa para ir a jugar en los equipos y desde esas edad estaba en América de Cali y desde los 10 años ya cogía bus solo. Eso fue una pasión desde niño y todas mis divisiones inferiores las hice en América, desde los 8 años. Iba al colegio, hacía tareas, era muy inteligente, pero no me gustaba; yo quería ser futbolista. Paulo hizo todas sus divisiones inferiores en Deportivo Cali y lo echaron porque no subía de peso. Mi papá, con sus amistades, le buscó una prueba en el América y quedó. Luego me llevaron a mí que era un niño y ahí empezó todo. Mi padre es caleño y nos llevaba a ver al Deportivo Cali, pero yo desde los 8 años estuve en América, siempre fui hincha del club y mucho amor ahí”.
Etapa complicada en Once Caldas
Del ascenso a Once Caldas: “Cuando debuté en América tenía 18 años y en ese tiempo era por la norma. Después tuve oportunidades en Universitario, Depor y volví a América cuando ya estaba en la B. Ahí jugué un semestre junto a mi hermano, pero esa temporada no nos fue tan bien y ahí tomé la decisión de ir a Uniautónoma y ascendimos, yo fui la figura. De ahí me fui a Once Caldas. Ahí la rompí toda, aunque el primer semestre no jugué mucho porque José Izquierdo estaba encendido. Él es muy amigo mío y es doloroso lo que le pasó porque el fútbol está perdiendo un gran jugador. El profe Flabio (Torres) hizo que cumpliera mi contrato y me empezó a poner más y en la pretemporada me gané mi espacio. El primer partido se lo ganamos al DIM; íbamos 1-2 y el profe me metió a aguantar la pelota y marqué mi primer golazo en el Atanasio. Yo era el primer cambio. Contra el Cali también hice gol y el tercer partido era Millonarios y ahí me puso de titular, hice gol, vendieron a Izquierdo y me quedé con el puesto”.
La mayoría de los suyos son golazos: “No tengo goles feos. Pocos. Yo goles fáciles no hago, lo juro. Por ejemplo a Miguel Murillo le decían el Ángel del Gol porque siempre estaba bien posicionado y él solo la empujaba, así fue goleador del Deportivo Cali. En cambio no sé por qué a mí nunca me quedan esas pelotas fáciles”.
Salida conflictiva del Blanco: “Tuve problemas con una parte de la barra de Once Caldas. Llegaban ofertas porque estaba en mi mejor momento por más de mis actos de indisciplina. Me llamaban personas externas a darme ofertas y el presidente nunca me decía nada. Yo no estaba bien asesorado y tomaba decisiones a la carrera y no hablaba bien en las reuniones. Por eso una parte de la hinchada pensaba que yo no quería estar en el equipo. Yo estaba feliz en Manizales y lo demostraba haciendo goles, pero quería trascender. Yo era figura, pero no ganaba nada. Terminé en pelea y por eso salí de Once Caldas, pero a la mayoría de hinchas le gustaría que yo volviera porque mi paso por allí fue bueno. Soy volante y en solo dos años estoy entre los goleadores del club. Yo hacía las cosas a mi manera y estaba mal, yo solo pensaba en mi bienestar y el de mi familia, quería ir a Europa por ellos”.
DIM, Pasto y Santa Fe
Paso por Selección y salida del DIM: “Llegué a Medellín, jugando, demostrando, pero llegó un punto de quiebre cuando Pékerman me llamó a la Selección. Me fue bien en el microciclo y el profe me llamó a la habitación para decirme que iba a ser convocado a Eliminatorias ante Ecuador y Bolivia. Salimos de la concentración y era clásico paisa. Yo no pedía titularidad, pero quería jugar y venía de la Selección. Ahí tomé otra mala decisión en caliente, teníamos que seguir concentrados y yo me fui. Sabía que podía aportarle al equipo y no me ponían, no sé por qué. El presidente me llamó a tranquilizarme porque no quería que me fuera del equipo, pero la decisión era tomada por Leonel (Álvarez). Él es una persona de no fiar; hubo momentos en los que me abrazó diciéndome que iba a contar conmigo y después hizo todo lo contrario, era como un abrazo de Judas”.
Buen paso por el Pasto: “En Pasto me dieron la oportunidad y empecé a hacer las cosas bien. Ahí se me abrieron las puertas de Santa Fe. La confianza del profe y teníamos un equipazo: Yesus, Rivera, Nazarith... ese año nos fue bien futbolísticamente y a muchos se nos abrieron puertas”.
Elogios a Costas y Torrente: “No he sido mucho de hablar con los técnicos porque yo hablo en la cancha. Por ejemplo Costas, ese señor es una locura, tiene un manejo de grupo increíble. Por eso un DT como él gana lo que gana. Costas es otra cosa. Juanfer (Quintero) lo dijo, era un profe que podía pelear contigo y al rato te daba una nalgada. Así también era Torrente, que me tuvo en Once Caldas. Uno se enganchaba con él, pero no se quedaba en el problema y lo animaba a uno. El buen trato le marca la diferencia a cualquier jugador, el que diga que no está mintiendo. El DT no tiene que ser el gran amigo, pero sí escucharlos; somos personas, tenemos problemas, algunos no la pasan bien. Hay gente que no tiene el tacto para eso. Si el profesor se la juega por vos, vos te la jugás por él; en este momento me pasa eso con el profe Cárdenas”.
“Me gusta salir, como a cualquier persona”
Su vida extradeportiva: “Como soy en los entrenos soy en mi casa. Soy alegre y extrovertido. Me gusta salir, como cualquier persona. Hay que disfrutar de la vida porque nos morimos y no nos llevamos nada. A veces uno deja de ser persona por su trabajo y no está mal, este trabajo se lo pide a uno, pero a veces uno tiene derecho a disfrutar de los placeres de la vida. Lo único malo mío es que a donde iba me estaban grabando, esa era mi falla (risas). Hay jugadores peores que yo, pero la saben hacer”.
Colombia, arriba de Argentina y Brasil: “Acá somos mas cohibidos con eso. Cada país tiene su manera, el brasileño se caracteriza por salir y ser de los mejores del mundo. Nosotros podemos tener hasta más talento que ellos y no vendemos igual por el periodismo, matamos más los jugadores, allá no se fijan en lo que hace afuera, se habla más de lo de adentro, desde mi punto de vista. Acá hay mucho talento, es para exportar más jugadores que Argentina y Brasil. Ahora es que estamos vendiendo caro y aquí no llegamos ni al cuarto de lo que venden en Brasil. Cuando estuve en Arabia yo veía brasileños y me preguntaba si realmente eran de allá y ganaban 30.000 o 40.000 dólares por ser brasileros; los árabes los llevaban solo por ser brasileros. Las selecciones juveniles de Colombia sacan muchos jugadores, por ejemplo Marino Hinestroza, él vale más que 5 millones; Juanfer es para que valga millones, pero como es colombiano”.
Dayro Moreno: “Cuando estuve en Once Caldas, él iba al camerino y nos saludábamos. Me trataba bien, es muy decente, muy buena persona, pero nunca compartimos ni camerino ni afuera. Hubiera querido jugar con él, con ese man uno hace un poco de goles, él y uno. Ese man tiene mucho talento y entiende bien el fútbol, uno se caga de la risa jugando con él. Es un don que Dios le dio. Se entrena muy bien, por ese tiene ese físico y corre los 90 minutos, se alimentará bien; ya lo que haga el fin de semana es cosa de él (risas)”.
Su pegada: “Ese don me lo dio Dios porque siempre me gustó patear de afuera. Cuando estaba niño me gustaba patear. Cuando mi hermano estaba en Junior me fui a Barranquilla y Umaña me dejaba entrenar con ellos, yo estaba muy niño, pero me quedaba viendo a Giovanni Hernández. Él me empezó a enseñar cositas, pero pateamos diferente: él patea con el tobillo y yo aprendí a meterle el pie al balón y lo he ido perfeccionando. Me sale porque sí, no es que me quede pateando 50 balones en el entrenamiento, nunca. Cuando me quedo practicando en el entreno no me pasa la pelota y en los partidos siempre me pasa; ahora no he hecho gol por los arqueros que me sacan todo”.
“Quisiera estudiar diseño gráfico o diseño de modas”
Deseo de volver a Primera: “En la B se corre un poco más, mientras que en primera división es un poco más táctico. Aquí todo el mundo quiere comerse el mundo, uno se gira y ya tiene dos o tres jovencitos presionando. Cuando vuelva a la A va a ser mucho más fácil para mí. Estoy en perfectas condiciones, soy un bendecido porque nunca tuve una lesión. Físicamente estoy en mi peso, estoy perfecto y cada 8 días lo demuestro. Hoy en día está el GPS y cada partido hago 9 o 10 kilómetros. Estoy en mi mejor momento para volver a primera división, tengo experiencia, sé jugar mejor al fútbol y se me hace más fácil. tengo una deuda con mi familia de que me vean en América como estoy ahora, pero no es donde uno quiera sino donde Dios lo quiera a uno”.
Su forma de ser: “Siempre he sido una chimba de persona, soy muy noble. Siempre he tenido muy buena relación con mis compañeros, pero soy dulce a caer mal. De pronto alguien me envidia porque el profe me lleva mejor a mí, así me ha pasado en anteriores equipos. Ahora me siento bien, mi comportamiento dentro y fuera de la cancha es excelente”.
Su paso por Banglasdesh y Perú: “Me fue bien, querían que renovara, pero la Liga no era muy buena, por eso no volví. Estuve cuatro meses, jugué como 10 partidos e hice ocho goles; los números hablan por si solos. No es una liga tan competitiva. En Binacional estuve dos años y me fue super bien. Hice como 15 a 20 goles, con Libertadores y todo. El peruano es muy bueno, son muy técnicos y talentosos. Esa liga es muy buena para ir. Que lo diga Sabbag, Arley Rodríguez, jugar en esos equipos es muy top, es una liga competitiva como la de nosotros. La cosa de allá son los climas, de calor intenso a 4.300 metros de altura. Lo más alto acá es Tunja, pero no se puede comparar con Juliaca, casi 3.800, allá no podés respirar, es increíble”.
Su futuro alejado de este deporte: “El fútbol me apasiona, pero por momentos es tan injusto. No quisiera seguir siendo parte del fútbol. Quisiera dedicarme a otra cosa, meterme a estudiar cualquier otra carrera como diseño gráfico o diseño de modas para crear mi ropa”.
Lo que viene: “El que me conoce sabe qué clase de persona soy, por eso muchas personas hablan muy bien de mí. El que no me conoce, algún día lo hará y sabrá qué persona es Johan Arango. Seguiré trabajando y haciendo las cosas bien para dejar una huella que primero es ascender y que se venga lo que Dios quiera para mí”.
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