“Estoy enamorado del América de Cali”: Jorge Soto en AS
En este episodio, el arquero habló de su buen momento con el equipo de Cali y lo que viene para él y los dirigidos por el ‘Polilla’ da Silva.

Jorge Soto vive un gran momento con América, el arquero de 31 años es una de las figuras del equipo del Polilla y aseguró en AS Colombia que la titularidad que se ganó fue gracias a su trabajo y esfuerzo durante este tiempo. Es el primer club grande en el que ataja en su carrera y está demostrando estar a la altura del reto.
La importancia del preparador de arqueros: “Hablar del profe Ricardo Andrade es hacerlo de una persona apasionada por su trabajo. Lo demuestra día a día en su trabajo. Confió en mí para traerme a América, se la jugó en contra de muchas cosas para dar mi nombre. Desde el momento en que confió en mí, yo he tratado de respaldar su trabajo, este año volvió y desde que llegó no ha hecho sino corregir errores que había visto en mí en el pasado y gracias al trabajo que ha implementado con nosotros es por eso que ahora estamos los arqueros en un buen momento”.
Llegada al América: “El primer acercamiento lo hice con el profe Ricardo y el profe Pluto, en un partido América - Jaguares aquí en el Pascual, me fue muy bien, pero no fue gracias a ese partido que hubo ese acercamiento, pero aprovechando ese partido se me acercaron a saludarme y preguntarme cómo estaba mi situación en el anterior club. Desde ese día empecé a soñar con América, pasaron seis meses después de esa reunión para que se pudiera dar mi llegada al equipo. Pero desde el primer momento fue motivo de felicidad y orgullo que un equipo tan grande como América se hubiera fijado en mí”.
Atajar en el Pereira: “Mi historia con el Deportivo Pereira no es de los últimos años. De niño estuve año o año y medio, cuando empecé en el fútbol profesional a los 17 años cuando me fui para Santa Fe siempre que volvía a Pereira a pasar vacaciones lo intentaba, me probé unas seis, siete veces en pretemporadas, pero nunca se dio la posibilidad. Para 2021 la vi muy cerca, al final no se dio. En el 2015 hubo otro acercamiento, pero no eran las mejores condiciones que me estaban ofreciendo, entonces tampoco se pudo. Hasta el día de hoy no he cumplido ese sueño de jugar en el Pereira”.
Ganarse a la hinchada de América: “El fútbol es un tema de gustos, soy consciente de que la posición de arquero es demasiado visceral. O estás en lo más alto o en lo más bajo. Nunca me he dejado llevar por los elogios o las críticas. Trato de hacer mi trabajo día a día. Sabía que las críticas iban a ser muchas, pocos me conocían para hablar de mis capacidades. Poco a poco he ido ganándome un espacio en la hinchada, no es fácil ganarse el cariño de la hinchada americana porque exige títulos, pero muchos me han reconocido el trabajo y el esfuerzo porque no ha sido un camino fácil. He tratado de dejar lo mejor de mi para esta institución”.
Silva, la competencia: “No solo con la llegada de mi compañero Silva. Son decisiones que no toma uno, si juego o no son decisiones del cuerpo técnico. Lo que puedo controlar es la manera en como me trabajo día a día, como afronto las situaciones de la vida y el fútbol. En su momento como lo hice con Graterol, lo hice con Silva cuando llegó, me dediqué a entrenar a trabajar, a aprovechar estos espacios que le permiten a uno ser suplente, porque cuando eres titular poco espacio tienes para trabajar. Entonces aproveché la suplencia para mejorar y hacerme más fuerte, corregir muchas cosas y esforzarme más en los entrenamientos, que es algo que cuando uno es titular no puede hacer porque uno se tiene que cuidar y equilibrar cargas. Cuando soy suplente no me tengo que cuidar para un partido, si bien está la posibilidad de jugar, las probabilidades son muy bajas. Cuando me llegó la oportunidad supe aprovecharla”.
La soledad del arquero: “En el campo somos los distintos, los que nos vestimos diferente, los que la podemos coger con la mano. Los primeros señalados cuando nos marcan y los últimos que miran cuando el equipo gana, pero no es algo nuevo, no es para quejarse. Toda la vida ha sido así, desde niño he sido arquero y lo entendí así, no me quejo y lo disfruto mucho. Cuando uno está mal uno mira para los lados y se siente solo, a duras penas está la familia y quienes te han apoyado desde niño. Ver cuando uno está bien que muchos se quieren acercar también lo disfruto pero entiendo que eso es pasajero”.
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