Andrés Ibargüen: “Los jugadores colombianos tenemos más calidad que los argentinos”

A sus 32 años, Andrés Ibargüen sigue siendo uno de los jugadores más determinantes del fútbol profesional colombiano. En Pereira, primero con Leonel Álvarez y actualmente con Luis Fernando Suárez, el extremo ha recuperado su nivel y sigue demostrando, fecha tras fecha, su calidad. En entrevista con Steven Arce, director de Diario AS Colombia, habló sobre su presente en el club de Risaralda, su paso por el fútbol del exterior y las plantillas que ha integrado a lo largo de su carrera.

“Los jugadores diferentes son los de barrio”

La influencia de su familia: “En mi familia siempre ha gustado mucho el fútbol, tanto en hombres como en mujeres ha gustado. Además, crecimos frente de una cancha, que quedaba a tres pasos de la casa. Se fue desarrollando desde muy pequeño todas estas condiciones. Crecí en Cali, en San Luisito, al nororiente de la ciudad”.

Sus inicios en el fútbol: “Casi siempre jugaba con amigos mayores que yo, tres o años más. La ley era empezar tapando porque era el puesto que quedaba, ahí uno iba desarrollando las condiciones y después uno pasaba a ser de los que escogía los equipos. A veces se nace con el talento, pero tienes que desarrollarlo. Siempre he sido un enfermo del fútbol, desde muy pequeño íbamos con un amigo y con un señor que en paz descanse a practicar jugadas y manejo de balón. En la tarde competíamos contra los mayores, en fuerza marcaban la diferencia, pero nosotros teníamos más talento”.

El origen de su ‘gambeta’: “En el barrio se desarrolló eso, ahorita eso se ha perdido mucho. Desde muy niños se potencializa a los jugadores físicamente y se deja al lado la calidad. Antes te dejaban desarrollar en el micro fútbol, que es donde aprendes habilidades del fútbol sala que luego puedes plasmar en el fútbol del 11 contra 11. Los jugadores que marcan la diferencia son los que son de barrio o de calle”.

El fútbol moderno: “A medida que pasa el tiempo tienes que cambiar hábitos para volverte un jugador más práctico, según lo que pidan los entrenadores o los equipos. Te piden más despliegue físico, táctica. Tienes que adaptarte al fútbol moderno, que es un fútbol más rápido, para poder entrar en esa figura de juego que quieren”.

Las dificultades en el inicio de su carrera: “Siempre me vi plasmado en el fútbol. Dios me dio un don, que gracias a Dios pude desarrollar. No es fácil por la situación económica de las familias, los recursos para ir a los clubes grandes. Siempre tuve mucha condición y tuve la fe de que Dios me daría la oportunidad, que después pude aprovechar. Hubo muchos momentos difíciles. Mi mamá fue cabeza de hogar, a veces se dificultaba para los transportes, para ir a las escuelas. Fui premiado y becado en las escuelas, en los clubes de inferiores me trataban de ayudar porque sabían que la situación económica no era igual a la de otros niños. Tuve que esperar un tiempo, entre los 14 y 16 años, para que me dieran un paz y salvo e ir a otra escuela. Fueron dos o tres años donde deambulé un poco”.

Su llegada al fútbol profesional

Boca Juniors de Cali y Cortuluá: “Hice la mayoría de mis inferiores en Boca. Cuando ya tengo el paz y salvo voy a Cortuluá, donde me abre las puertas Checho Angulo. Me dice que para mirarme a ver si puedo entrar en la Sub 20. Gracias a Dios se dieron las cosas y me mantuve en el equipo profesional para irme consolidando. Con Checho solo tengo palabras de agradecimiento al igual que con Néstor Rodríguez, actual profe de Bogotá. Consolidarse no es fácil, más con los planteles de 30-35 jugadores. En segunda división valoras todas las herramientas que tienes en primera, te terminas de informar y entiendes que no es lo mismo que en una Sub 20. Llegas más consolidado”.

Deportes Tolima, su primer equipo en primera: “Me fichó el Senador Camargo, mandó al profesor Carlos Castro, que me estaba haciendo seguimiento desde el semestre pasado. Les dije que sería un sueño dar un paso a primera, más en un club en el que podía estar peleando y lograr consolidarme en primera. El Senador era muy inteligente, tenía un ojo muy bueno. Sabía muchísimo de fútbol, entendía como tenía que llevar el proceso de los jugadores. Eso se refleja en los últimos años de Tolima, mantienen al día, pelean los torneos. Tú te tienes que preocupar en Tolima por rendir, sabes que si rindes puedes dar un paso a un equipo más grande o al exterior”.

La influencia del Senador Camargo: “Era muy exigente, tenía clara que debía hacer el jugador. Te daba las herramientas para desarrollar y rendir, cuando te tenía que ‘jalar las orejas’ te llamaba y te decía. Cuando tenías alguna calamidad también te apoyaba. Era muy humano, conmigo siempre lo fue. En las etapas que tuve fuimos de frente y fuimos leales. A parte de lo deportivo, hubo un cariño muy especial. El cariño era muy grande por todo lo que me brindó y me dio como persona”.

Nacional, el paso más exitoso de su carrera

Nacional y la Libertadores: “El trabajo que venía haciendo Nacional no venía desde Rueda, sino desde Osorio, quien consolidó un grupo y una base que le dieron una identidad de juego. Sabían ellos a que jugaban, fuimos llegando piezas que íbamos encajando en el sistema de juego que quería Reinaldo. Sabía cómo manejar un grupo tan complejo en el que podía haber egos y disgustos. Era tanto el compañerismo que todos estábamos convencidos de que teníamos que marcar una época. Era un grupo increíble, para poder encajar fácilmente. Venía de un Tolima que era más de transiciones que el que tenía Nacional, que dominaba a los equipos. Sabíamos que no iba a ser fácil, gracias a Dios se dieron las cosas y pudimos ganar ese torneo que es tan difícil. Año tras año se demuestra que no es fácil, tenemos que prepararnos en Colombia para competirle a los brasileños y argentinos”.

Las claves de la segunda Libertadores de Nacional: “La competencia era demasiada, eso te hace mantenerte muy atento y tratar de llegar siempre a tu máximo nivel. Individualmente cada jugador sabía lo que tenía que hacer, había juventud, experiencia y trabajo. Gracias a Dios tuve la oportunidad de llegar en ese momento tan maravilloso. El arquero, los centrales, los laterales, todos eran muy completos. Estaba muy claro lo que teníamos que hacer y en los momentos adversos nos mirábamos y sabíamos que podíamos mejorar lo que estábamos haciendo. Mentalmente éramos muy fuertes”.

El Mundial de Clubes: “Fue un partido muy raro ante Kashima. El partido estaba parejo, estaban físicamente bien y son muy solidarios. En un balón parado justo se estrena el VAR, que no era algo normal. Se da un error, se marca el penal y caemos en la desesperación. Aprovecharon las opciones y abultaron el marcador. Así es el fútbol, a veces no tienes suerte. Nosotros veníamos de un año súper extenso. Tres días antes tuvimos el trágico momento de Chapecoense, no son excusas, pero todo eso te golpea. Fueron muchos factores que se juntaron tanto en lo colectivo como en lo individual”.

Racing, América de México y Santos Laguna

Comparativa del fútbol argentino con el mexicano: “Es un fútbol diferente, pero me marcó más el mexicano por el tiempo y el espacio. Tuve más experiencia en un equipo grande, gané títulos, competí al máximo nivel. En el lapso que estuve en Argentina crecí como futbolista y aprendí muchísimo, es un fútbol más dinámico, rápido, hay que estar mejor táctica y físicamente. Son un poco similares, solo que el argentino es demasiado de mentalidad, ellos compiten desde el saludo, tienen una mentalidad ganadora que admiro. Puede que tengamos mayor calidad, pero tienen una mentalidad abrumadora, nos pasan por encima en eso. No dejan nada al azar, todo lo preparan, mientras que en México puede ser igual de intenso, pero tiene un poco más del fútbol colombiano”.

Diego Cocca lo lleva a Argentina: “El profe Cocca me llevó. Muy buenos trabajos. Teníamos un muy buen equipo, pero no se dieron las cosas. Entramos en desconfianza después de dos partidos que no salieron bien y luego tuvo que dar un paso al costado. Es un técnico ganador y sabe mucho de fútbol, dejó una buena base de lo que es ahora Racing, un proyecto sólido con venta de jugadores”.

Su experiencia con el Piojo Herrera: “El dialecto un poco, pero como persona es un señorazo. Se preocupa por los jugadores en lo humano. Sabe muchísimo, por algo es de la escuela de (Ricardo) La Volpe, tenía muy clara la idea”.

¿En qué club sintió más presión?: “Puede ser más en Racing porque el fútbol argentino es otro mundo. Allá no es el colegio ni el trabajo, todo es fútbol, no hay otra religión ni raza, se respira fútbol; se vive de otra forma. Es una de las experiencias más lindas que he vivido, la hinchada de Racing es otro mundo. En Nacional y América (M) fuimos compitiendo y ganando, por lo que fue diferente a lo de Racing”.

La prensa mexicana: “Es fuerte. Cuando uno da resultados es más fácil todo, que sea reconocido, y más en un club como América que es el más grande de México, lo demuestra año tras año y allí no hay espera, si uno se lesiona le llevan otro jugador. No tiene problema para llevar un jugador de Europa o de Brasil, hay herramientas y facilidad económica”.

El regreso al FPC, su presente en Pereira y la posibilidad de Millonarios

Regreso al FPC: “El año con Santos Laguna fue un poco difícil. Vuelvo a Colombia pensando que voy a tener otra oportunidad fuera. Quería dar un paso hacia atrás para dar dos o tres hacia adelante. Estaba esperando algo de Brasil o Argentina cuando me llamó el senador (Camargo), estuve a punto de volver a Nacional y no pensé que se fuera a dar la vuelta a Tolima. El senador hizo un gran esfuerzo y había Copa Libertadores, dije: ‘bueno, miremos un semestre para salir otra vez al exterior’, era mi pensado. Hubo diferencias con mis representantes porque no querían que volviera a Colombia en ese momento, pero había cariño y otras cosas. La vuelta al país la di por competir en Copa, que era una vitrina para dar el salto de calidad”.

Sus pasos por Tolima y DIM: “Con Tolima tuve un año bueno en el que demostré mis capacidades y condiciones, volví a poner mi nombre en el radar para equipos grandes en Colombia e internacionalmente. El paso por Medellín fue complicado por dos lesiones graves en momentos clave y me costó coger el ritmo. Entrar en el segundo semestre con un equipo que venía invicto varias fechas se me dificultó, ya había un grupo consolidado y el profe ya tenía un XI, una idea, en la que yo era un recambio, era entendible. Me quedaba un año de contrato, hablé con ellos y llegamos a la conclusión que era difícil sostener un proyecto que no iba a pelear Libertadores y un plantel tan robusto; llegamos al acuerdo de mirar posibilidades hasta que se dio la de Pereira, conocía compañeros, me pintaron un proyecto ambicioso similar al del Tolima, el profe Leonel (Álvarez) quería que estuviera. A los pocos días mostré cosas interesantes, pero no tenía ritmo. El profe me dijo que me iban a prepararme físicamente y con el paso del tiempo fui retomando ritmo de competencia para volver a ser el Ibargüen que todos conocían”.

Sus goles y aporte en Pereira: “Para eso se trabaja. Quisiéramos que fueran más porque a los jugadores de arriba los miden por goles y asistencias. A veces hay que hacer el trabajo para el otro y lo más importante es el colectivo. Es gratificante cuando los compañeros, el cuerpo técnico y los hinchas ven el esfuerzo en otras cosas, entrar en el circuito, abrir espacios y a medida que pasan los años se va entendiendo. Es más importante lo grupal que lo individual”.

Los elogios de Leonel: “Es muy gratificante y más de una persona como él, que como jugador le brindó mucha felicidad a esta camada de jugadores que venimos. Ellos abrieron el paso, fueron creando un hábito ganador y cambiaron las costumbres en el fútbol colombiano y nos miran con otros ojos”.

Regreso fallido a Nacional: “Dos veces, una cuando llegué al Tolima. Yo estaba en México en ese momento, la verdad no sé qué pasó, se enfrió, no volvieron a comunicarse y me dijeron que estaban mirando por la idea de juego del técnico que iba a estar, yo dije que estaba bien, respetaba eso. No se dieron las cosas. Cuando termino con Tolima por la eliminación, Nacional se acerca y yo respondo: ‘Nosotros estamos peleando Sudamericana en reclasificación, cuando termine el torneo escucharé’. Les dije cuáles eran mis condiciones, quería que me igualaran las condiciones que tenía en el Tolima, no les pedí nada más para que se diera la negociación. Cambiaron el técnico, era un lleva y trae, me mantuve al margen para no contaminarme, pero yo estaba poniendo de mi parte para ese regreso por todo lo que me ha dado Nacional y que es un grande. Había otros equipos interesados y le di prioridad a Nacional hasta un tiempo porque era mi futuro y no podía esperar hasta lo último. Esperé más de dos meses sin ganar un peso para que se diera lo de Nacional. Medellín estuvo prácticamente cuatro meses buscándome para dar ese paso y me arriesgué a tomar esa decisión, lastimosamente las lesiones no me dejaron dar lo que quería, pero estoy agradecido con los hinchas porque me respetaron y me apoyaron. Si me hubiera quedado este año pudo haber sido diferente, pero ya volteamos la página y estoy muy feliz en Pereira, tratando de llegar a mi mejor versión”.

La posibilidad de Millonarios: “Desde hace unos años ha habido un acercamiento, pero nunca ha habido algo concreto. Este año fue lo mismo, muy lejano de lo que se pueda hacer. Ellos velarán por sus cosas y yo por las mías, mi familia. Nos conocemos y hay cariño con el profe Gamero. Lastimosamente no se ha dado, pero siempre dejo las puertas abiertas, he sido respetuoso con ellos y la puerta está abierta para un futuro, es un equipo grande que siempre pelea en los primeros lugares. Ha habido tanteo, pero con diferencias. Agradecido por querer contar con mis servicios, ya veremos en el futuro”.

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