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Los campesinos se están quebrando y Petro no dice nada

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Araminta Silva es una campesina de Firavitoba, Boyacá, quien vive de la leche, pero en estos momentos le surgen muchas preocupaciones debido a la crisis del sector lechero. Cuenta que es la primera vez en sus más de 70 años de vida que ve una situación tan difícil en el sector lácteo. “Después de un verano largo acompañado de heladas, resulta que ahora, cuando pensábamos que todo iba a mejorar y nos íbamos a recuperar, nos dicen que no nos pueden comprar toda la leche”, señala doña Araminta. La situación de esta campesina es la de muchos grandes, medianos y pequeños ganaderos a quienes el verano dejó con deudas, y con menos cantidad de animales, porque a unos se les murieron por falta de agua y comida, a otros se les enfermaron, muchos tuvieron que vender buena parte de ellos, y unos de forma estoica decidieron comprar comida a precios muy elevados para evitar que su ganado cayera y no se volviera a levantar.

Es muy triste la situación actual de los campesinos del país. Resulta que muchas personas cuando van a los supermercados, tiendas o plazas de mercado, no saben que, si el precio de cualquiera de los productos que se produce en el campo baja, alguien está perdiendo. En las ciudades somos felices cuando los productos de la canasta familiar nos cuestan menos, lo que no sabemos es que cuando eso pasa, pierden los campesinos. Algo muy parecido está ocurriendo con la leche, doña Araminta recuerda el año pasado en los primeros meses de fenómeno de El Niño, cuando pagaban el litro de leche a 2 mil pesos y pedían producir más leche; ahora les dicen que no les pueden comprar toda la leche, y en el peor de los casos les dejan toda la producción en la puerta de la finca. Aunque cabe aclarar que por estos días están pagando la leche al productor primario entre 1.400 y 1.800 pesos, pero al consumidor le cuesta 5.500 pesos y más, esto muestra una ganancia para la industria de cerca de 4 mil pesos. ¿Por qué no baja el precio al consumidor final?

Un tema preocupante es que, durante la época de lluvias, crece el pasto y eso significa abundancia en comida para los animales, a lo cual las vacas responden con mayor cantidad de leche, pero si sigue la crisis será muy difícil venderla.

Doña Araminta se pregunta, “¿por qué si el presidente Petro prometió que iba a ayudar a la gente del campo, a nosotros no nos ha llegado nada?”, eso se preguntan muchos campesinos del país y hasta el momento nadie les ha dado respuesta. Es un drama lo que viven diariamente estos compatriotas, quienes nos salvaron de morir de hambre durante la pandemia, pero desafortunadamente ya nadie se acuerda de eso.

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