Las enseñanzas de Brasil
Desde que inició la campaña que llevó a Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia, el tema medioambiental siempre ha estado en su agenda y es uno de sus proyectos más importantes. Petro, desde su llegada a la Casa de Nariño, ha asistido en tres oportunidades al pleno de la ONU y siempre sus discursos han estado plagados de referencias a la crisis climática, a la protección de la Amazonía, al rechazo de los combustibles fósiles, y demás situaciones que van en contra de nuestros recursos naturales, no es algo nuevo en él, y tiene todo el derecho de mencionarlo en todos los discursos, si así lo quiere. Por eso la COP16, la Cumbre más importante del mundo sobre la biodiversidad, le cayó como anillo al dedo, y es una gran oportunidad para decirle al mundo, desde Colombia, que debemos hacer algo para evitar el agotamiento de nuestros recursos naturales.
El expresidente, Juan Manuel Santos, habló ocho años del proceso de paz y muy pocos lo criticaron por eso, antes fue felicitado, aplaudido y galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2016, ¿entonces al presidente Petro por qué no le pasa lo mismo cuando habla de proteger el medio ambiente? Otro ejemplo fue la campaña del expresidente César Gaviria, hecha por su canciller Noemí Sanín, para llegar a la secretaría de la OEA, hubo algunas críticas, pero fueron más las felicitaciones y el apoyo que recibió en su momento.
Ha habido presidentes que han llegado al solio de Bolívar en paracaídas, sin mucho esfuerzo, y eso está bien. Las oportunidades hay que aprovecharlas en la vida. Petro tuvo que luchar varios años y varias elecciones para lograr ser presidente de Colombia y no se le puede culpar por lo que hagan sus funcionarios, aunque escogidos por él, no creo que Petro sea una persona deshonesta, como tampoco creo que los anteriores presidentes lo hayan sido. Entonces que Petro pretenda ser referente en el tema medioambiental después de entregar la Presidencia de la República no debería generar ningún problema.
El tema es que Colombia depende de los ingresos que se obtienen de los combustibles fósiles para financiar los diferentes proyectos del Estado, llámense petróleo, carbón o gas natural. Algo que no se entiende de la estrategia de Petro, es que un país como Brasil, con un presidente de izquierda, hubiera decidido seguir siendo un campeón del clima y un gigante petrolero, como lo dijo el Financial Times, donde también habló el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, quien respondió a las críticas de activistas que ven una contradicción en pretender lograr las dos cosas, “no hay contradicción en nuestra política energética nacional y Brasil debe ser pragmático”, “estamos implementando la política de transición, pero no podemos pagar el precio solos”, dice. “¿Por qué pueden Estados Unidos y Arabia Saudita seguir siendo proveedores de petróleo y no Brasil? Es un desajuste y a menudo hay una demanda hipócrita de países que no tienen petróleo. Por ejemplo, Francia”.
Ahora, Gustavo Petro debería hablar más con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre el tema de la transición energética y el cuidado del medio ambiente para que le explique el pragmatismo de ese país frente a los combustibles fósiles, y la manera como pretenden llegar a ser el cuarto mayor productor de petróleo del mundo y un campeón del clima.
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