La Federación de la negligencia

Juan Manuel Barboza tiene 21 años y este año su gran objetivo era el Mundial de Ciclismo de Australia en la categoría Sub 23. Es el actual campeón nacional y panamericano de la contrarreloj y es el mejor ciclista menor de 23 años de nuestro país en esa especialidad. Antes de llegar al Mundial se había preparado para hacer un gran papel.

¿El podio? Tal vez no, pero sí un top 10 o algo mejor para empezar su camino. En julio viajó a Bélgica para hacer pruebas en el túnel del viento de Bioracer, en este proyecto de preparación participaron su equipo el Orgullo Paisa y el Instituto para el Desarrollo de Antioquia.

Hoy pudo haber sido su gran día, pero no fue así. En el kilómetro cinco de los 28 de la contrarreloj del Mundial, su bicicleta sufrió un fallo mecánico. La rueda trasera se trabó y así recorrió el resto de la competencia. Es decir, 23 kilómetros con la rueda frenada. En las CRI cada corredor tiene un carro que lo acompaña. En ese carro había un mecánico, pero no arregló el problema del todo y la bicicleta volvió a averiarse. El corredor no quiso cambiar la bicicleta de crono por la de ruta.

Juan Manuel se bajó de su bicicleta en el puesto 40 de la CRI. Con la rueda dañada le ganó a los corredores de Pakistán, Eritrea y Guam. Y sí, es cierto que en el ciclismo los problemas mecánicos hacen parte de la vida diaria, lo que no se puede aceptar es la negligencia con la que la Federación Colombiana de Ciclismo planea y proyecta la participación de los ciclistas en una competencia de la magnitud de un Mundial.

No tenía las herramientas para que Barboza hiciera una mejor presentación. Es una falta de respeto con el ciclista y la muestra de que no hay estructura en una Federación que se creyó, ya desde hace tiempo, que es suficiente con tener buenos corredores. No hay plan, no hay estrategia y mucho menos infraestructura deportiva para que ciclistas como Barboza, escasos en Colombia por la misma razón, tengan el mínimo de garantías para responder en un Mundial de Ciclismo.

Al final, el ciclista solo pudo resignarse y agachar la cabeza. En sus palabras no hubo reproches ni quejas. Los ciclistas también tienen derecho a exigir que les entreguen lo indispensable para hacer su trabajo, en este caso, una bicicleta de crono de repuesto. El técnico de todas las selecciones, Carlos Mario Jaramillo, no tiene preparación para ejercer su cargo y el trabajo de los dirigentes y algunas de las ligas y las escuelas del país es precario y negligente.

Y esta no es la primera vez que pasa. En el Mundial del 2019 en Yorkshire, el que tuvo que sufrir esto fue Germán Darío Gómez, que se quedó llorando en la orilla de la carretera esperando ayuda para despinchar.

A esto se suma la improvisación y decisiones técnicas que no tienen explicación. Para la competencia de la madrugada de este martes en la que participarán los ciclistas junior, Paula Barrios, convocada y viajera en la delegación, fue excluida por el entrenador. Diego Pescador tampoco competirá en la CRI.