Constituyente: la pasión de Cristo

Todo está consumado y se inició el intento de constituyente de Gustavo Petro y a la cabeza estará uno de los políticos más curtidos del país.

Juan Fernando Cristo es un experimentado político y sabe al dedillo cómo es el manejo del Congreso de la República, ya que fue presidente de esa célula legislativa. Cristo vuelve al ministerio del Interior, en el que ya había estado desde 2014 hasta 2017 como ministro de Juan Manuel Santos. En esa época trabajó en la fallida campaña del plebiscito del Acuerdo de Paz y sacó adelante el fast track, la forma en que el Congreso logró en tiempo récord las reglamentaciones de ese tratado. Entonces el nuevo ministro del Interior no es un pintado en la pared, al contrario, es un hombre de resultados que a muchos dejó sorprendidos porque había dicho no estar de acuerdo con una asamblea nacional constituyente, pero parece que el presidente Petro logró convencerlo de lo contrario.

Llegamos a esto después de que Petro negara más de tres veces sus pretensiones sobre la convocatoria de una constituyente. En campaña y después cuando llegó a la Casa de Nariño, dijo en un debate a la revista Semana “no va a haber constituyente porque usamos y aplicamos la constitución de 1991, ya que llevamos casi 30 años sin que la apliquen”. Tampoco podemos olvidar cuando junto a Antanas Mockus y Claudia López suscribió 12 promesas en mármol, entre las cuales estaba no convocar una asamblea nacional constituyente.

En varias oportunidades Petro aseguró que era una invención de los medios “yo no he hablado de una asamblea constituyente como repite una y otra vez la prensa, y menos aún para reelegirme”, pero en diversas oportunidades el presidente Petro ha mencionado el “proceso constituyente”. En la página de la Presidencia de la República hay un documento titulado “ABC proyecto constituyente”, en su cuenta de X ha explicado el porqué del “poder constituyente”, ha invitado a ejercer el “poder constituyente”, en otra oportunidad dijo que había que levantar la bandera del poder constituyente”, también dijo que “un acuerdo nacional se escribe en letras constituyentes”, ha pedido al pueblo constituirse en “poder constituyente”, aseguró que “se confundió el concepto de poder constituyente con el de asamblea nacional constituyente, por ejemplo, un problema de ignorancias”, en otra ocasión dijo “le corresponde ya al poder constituyente del pueblo, el hacerlo”, etcétera.

Pues Cristo y el mismo Petro en los últimos días demostraron que en política se cambia muy fácil de opinión. Aunque el ministro Cristo nos dijo que solo se logrará por medio de un consenso y para eso se buscará un acuerdo nacional, hace unos días publicó un trino donde señalaba que la constituyente era inviable. Lo cierto es que ya se inició un proceso con la bendición de Cristo, después de más de dos años de “pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra, pues si es que es como todo, hay cosas que ni qué”.

La asamblea nacional constituyente es uno de los mecanismos que contempla la Constitución de Colombia para reformarla y según el procedimiento que se debe surtir, primero que todo, el Congreso de la República debe aprobar una ley por medio de la cual se autorice consultarle a la ciudadanía si quiere hacer ese cambio a la Constitución. Segundo, en caso de que el sí gane la consulta, ahí empezaría un proceso largo, dispendioso y como lo dice el expresidente, Juan Manuel Santos, se puede convertir en “un callejón sin salida”.

Con un experto en tramitar leyes en el Congreso como Cristo, es muy probable que se apruebe la consulta para preguntarles a los colombianos si quieren o no una constituyente, pero eso no sería lo más difícil, porque tendría que ganar el sí y para eso se debe hacer una campaña donde se logre convencer a los colombianos de la necesidad de un cambio a la Constitución y para eso al menos una tercera parte de los integrantes del censo electoral deben votar afirmativamente y teniendo en cuenta el censo actual se necesitarían cerca de 13 millones de votos por el Sí.