Bilardo, extravagante en tantas cosas, se libraba del acoso de las cámaras a su banquillo protegiéndose con un cartel de líneas aéreas
PorAlfredo Relaño
Bilardo, extravagante en tantas cosas, se libraba del acoso de las cámaras a su banquillo protegiéndose con un cartel de líneas aéreas