La carrera del futbolista es una de las más cortas, en cuanto a tiempo productivo se refiere. Con 20 años de carrera, un jugador profesional que vaya tocando los 35 empieza a entrar en una línea que conduce inevitablemente al retiro. Desde luego con apenas esa edad, su funcionalidad en otros campos de la vida laboral está abierto, y para no desligarse del fútbol desde siempre, la mayoría de ellos se vinculaban a los equipos, desempeñándose como ayudantes de campo, entrenadores de inferiores, o hasta gerentes deportivos. Pero eso ha ido cambiando, el futbolista que antes veía con recelo las cámaras -vale la pena aclarar que no todos, pero si una gran parte- no gustan de la función de la prensa, en donde desde el otro lado, deben conceder entrevistas, ruedas de prensa, fotografías, en una clara exposición en donde a veces salen favorecidos (cuando tienen un buen partido), o como verdugos (cuando tienen un mal partido), lo que es completamente normal en una profesión en la que se es vulnerable a la crítica pública.