Tiene cuento

A Fernando Castro lo conozco hace mucho tiempo y siempre lo reconocí como un hombre del fútbol, por haberlo jugado bien, por estudioso y quisquilloso con el tema, tanto así que siendo joven entraba al estadio de Manizales, llevando los guayos del legendario Walter Gómez y por supuesto gratis. 

No sé si se le reconoce su trabajo en el fútbol como debe ser. Pero en sus últimas épocas, manejando la nómina modesta del Quindío y la de Huila, fue protagonista, pues esos equipos se arrimaron a zonas altas del fútbol nuestro. Con esta del Cali, más jerarquía y mucha juventud logró esta estrella, ganada a pulso. El empate a un gol con el Medellín fue bien trabajado y sufrido. Lástima por los Rojos, que desperdician penas máxima en instancias cruciales como ocurrió con Caicedo (botó dos) y Marín.

Los técnicos deben saber mucho de táctica y estrategia. Pero más entender el manejo de grupo humano. Doy fe que manejé, hablo radialmente, grupos al aire de más de once personas y no es fácil. Y eso que mis colaboradores eran todos titulares. En un equipo de fútbol poder comprometer a los suplentes en un proyecto o empresa es complicadísimo. El ‘Pecoso’ tiene ese cuento para organizar sus equipos, animarlos o fustigarlos según se interprete y eso le da una ganancia enorme, más allá de la sapiencia para ordenar el equipo y seleccionar bien a quienes deben jugar.

El único reparo que se me ocurre en este juego, que significó la novena estrella verdiblanca es el asunto del contragolpe. Una cosa es decirlo y asegurar que se va a jugar así y otra bien diferente es hacerlo funcionar. Cali tuvo todo para aumentar el marcador y sus hombres de arriba incluyendo a Roa se vieron "encartados" muchas veces con el balón, porque no entendieron jugar de contragolpe. No es reproche. Solo un detalle visible de este partido.

Un saludo grande a Fernando Castro, porque sé lo que ha sufrido y las críticas que siempre recibió y solo las sabe neutralizar GANANDO y eso sí que lo disfruta.....