Revelan la suspensión de la Procuraduría que aceleró la salida de Palacio de Alfredo Saade

La salida de Alfredo Saade del Palacio Presidencial no fue una simple rotación diplomática. Detrás de su sorpresiva designación como embajador en Brasil estuvo una decisión disciplinaria de la Procuraduría General que lo dejó en la cuerda floja y aceleró su salida de la Casa de Nariño.

El jefe de despacho del presidente Gustavo Petro enfrentaba crecientes cuestionamientos por su papel en la crisis de la expedición de pasaportes, un proceso que desde hace meses arrastra polémicas jurídicas y contractuales.

En medio de esas tensiones y de las críticas que habría recibido por sus polémicos comentarios tanto en redes, como en declaraciones a medios de comunicación, la Procuraduría ordenó una suspensión preventiva de tres meses en su contra, lo que obligó al Gobierno a mover sus fichas rápidamente para protegerlo de una sanción inmediata.

De acuerdo con el expediente, la suspensión fue firmada el 15 de agosto por el procurador delegado Esiquio Sánchez, quien advirtió que Saade podría “utilizar las potestades que su empleo le concede” para incidir en el nuevo modelo de expedición de pasaportes.

De acuerdo con el documento, la medida se sustentó en múltiples testimonios de funcionarios de la Cancillería, quienes afirmaron que el jefe de despacho impartía órdenes sin respaldo legal.

Órdenes indebidas y tensiones en la Cancillería

Cinco funcionarios, entre ellos el viceministro Mauricio Jaramillo, relataron que Saade dio instrucciones para modificar la asignación de citas de pasaporte y hasta convocó reuniones técnicas sobre contratación, atribuyéndose competencias que no le correspondían.

De paso, en varias de esas intervenciones, habría insinuado incluso que ciertos funcionarios estaban alineados con el contratista Thomas Greg & Sons, lo que encendió aún más la polémica.

Uno de los momentos más críticos ocurrió el 27 de junio, en una reunión en la Casa de Nariño. Allí, Saade habría exigido la firma inmediata de un convenio con Portugal para que la Imprenta Nacional asumiera la producción de pasaportes, asegurando que era “una orden del Presidente”. Expertos técnicos presentes señalaron que la propuesta era inviable, pero aun así insistió en avanzar con el plan.

Al conocer la decisión del Ministerio Público, el presidente Petro optó por moverlo a la embajada de Brasil, un cargo que estaba vacante desde la salida de Guillermo Rivera. La jugada política le permitió al Gobierno evitar que Saade quedara inhabilitado de manera inmediata, aunque no lo libera del proceso en curso.

La polémica gestión de Saade ya había generado roces en la Casa de Nariño. Sus declaraciones sobre la salud y posterior magnicidio del senador Miguel Uribe Turbay, en las que minimizó los riesgos de la política con una comparación desafortunada, le sumaron críticas dentro y fuera del Gobierno.

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