Revelan el aumento de precio para solicitar la visa de Estados Unidos: el monto crecerá más de un millón de pesos
Solicitar una visa estadounidense será mucho más costoso para los colombianos, tras la implementación de un nuevo recargo obligatorio.
El Gobierno de Estados Unidos anunció un nuevo incremento en los costos para quienes soliciten visas de no inmigrante, como las de turismo, estudio o trabajo temporal dentro del país norteamericano.
La medida, que entrará en vigor a partir del 1 de octubre de 2025, implica la implementación de un recargo fijo denominado Visa Integrity Fee, equivalente a 250 dólares, lo que representa un alza significativa para millones de solicitantes en todo el mundo, incluyendo Colombia.
Con este nuevo ajuste, el costo total de la visa B1/B2, la más común entre los colombianos que viajan por turismo o negocios, pasará de 185 a 435 dólares, es decir que, en pesos colombianos, se traduce en un salto de aproximadamente $745.000 a más de $1.750.000, de acuerdo con la tasa de cambio vigente. La diferencia supera el millón de pesos, una barrera adicional para quienes planean viajar a territorio estadounidense.
¿De dónde sale el Visa Integrity Fee?
La medida hace parte de un amplio paquete legislativo conocido como One Big Beautiful Bill, firmado el pasado 4 de julio por el presidente Donald Trump, con el objetivo de reforzar la seguridad migratoria y reducir los casos de abuso de visas temporales.
Según el gobierno estadounidense, el recargo ayudará a cubrir los costos de vigilancia, verificación de antecedentes y cumplimiento de las normas migratorias.
Esta nueva tarifa se suma al valor base de la visa y no se condona ni se puede evitar. No obstante, el Departamento de Seguridad Nacional ha indicado que en ciertos casos el monto podría ser reembolsado, siempre que el titular cumpla con todas las condiciones de su estancia: no permanecer más allá del tiempo autorizado, no trabajar de forma irregular y salir del país en los plazos establecidos.
El recargo aplicará a la mayoría de las visas de no inmigrante, incluyendo las de trabajo (como la H-1B), las de estudiantes (F-1) y de intercambio cultural (J-1). Solo se exceptúan algunas categorías diplomáticas (visas A y G) y quienes ingresan a Estados Unidos bajo el Programa de Exención de Visa, como es el caso de ciudadanos de países aliados que no requieren visa para visitas cortas.
Sin embargo, desde distintos sectores han surgido críticas al aumento. La Asociación de Viajes de Estados Unidos expresó su preocupación por el impacto que esta tarifa adicional podría tener en la llegada de visitantes internacionales, estimando que podría reducir en miles de millones de dólares el gasto turístico anual. “Es una carga que desalienta los viajes legítimos sin resolver los problemas estructurales del sistema migratorio”, afirmó Geoff Freeman, presidente del gremio.
En países como Colombia, donde la demanda de visas es alta y las solicitudes suelen realizarse por grupos familiares o con fines académicos, el aumento representa un reto económico considerable. Para una familia de cuatro personas, por ejemplo, el trámite podría superar fácilmente los siete millones de pesos, sin contar los costos asociados a documentación, tiquetes o traslados a las sedes consulares.
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Aunque el recargo comenzará a cobrarse en octubre, aún hay dudas sobre cómo se procesarán los reembolsos, qué autoridad los gestionará y en qué condiciones se devolverán los fondos. Las embajadas y consulados estadounidenses en la región aún no han emitido lineamientos específicos, aunque se espera que en las próximas semanas se publique información oficial en los portales del Departamento de Estado.
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