Ni la Z, ni la W: esta es la letra clave para hacer tus contraseñas más seguras, según un hacker
Un experto en ciberseguridad explicó que la “ñ” aumenta la entropía de las claves y puede retrasar los ataques de fuerza bruta hasta 28 días.
En un mundo donde los ciberdelincuentes mejoran sus técnicas cada día y los ataques informáticos se vuelven más sofisticados, la seguridad digital se ha convertido en un tema crucial.
Por eso, un reconocido hacker ético lanzó una recomendación que sorprendió a muchos: hay una letra en particular que podría hacer tus contraseñas mucho más seguras y resistentes frente a los intentos de robo.
El experto en ciberseguridad y perito forense digital José Javier Pastor Valero, conocido como Hackavis, explicó que la letra “ñ” es una herramienta poco explorada que puede darle a las claves un nivel extra de fortaleza. Según señaló, este caracter especial incrementa de forma notable la dificultad para que los algoritmos de descifrado puedan quebrar una contraseña.
Pastor asegura que la diferencia es significativa: una contraseña convencional podría ser vulnerada en aproximadamente cinco horas, mientras que una que incluye la “ñ” puede resistir hasta cuatro semanas frente a ataques automatizados. Esto se debe a que la mayoría de diccionarios utilizados por los programas de fuerza bruta no incluyen este carácter o lo consideran en últimas posiciones.
La “ñ”, un detalle que marca la diferencia
El secreto está en que la “ñ”, exclusiva del español, no suele estar contemplada en los sistemas de descifrado internacionales. Al aumentar la entropía, es decir, el nivel de aleatoriedad, se eleva la complejidad de la contraseña y se multiplica el número de intentos necesarios para descifrarla. En palabras simples: un pequeño cambio puede hacer una gran diferencia en la seguridad digital.
Sin embargo, no todo es perfecto. Varias plataformas de uso global, como Google, no permiten este carácter en sus contraseñas por cuestiones de codificación. Eso limita la posibilidad de aplicar este truco en todos los contextos, aunque en muchos sistemas sí resulta viable y altamente efectivo.
Expertos coinciden en que la verdadera fortaleza de una contraseña no depende de un único truco, sino de un conjunto de medidas. Lo ideal es usar claves largas (mínimo 16 caracteres), combinar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos, evitar datos personales y, de ser posible, incorporar caracteres poco comunes como la “ñ”.
En términos de práctica, algunas recomendaciones para aplicar este consejo son reemplazar la “n” por “ñ” en palabras comunes, ubicarla en lugares inesperados dentro de la contraseña o crear combinaciones como: MiC0ñtr@seña2025 o Priv@ciÑet!. Estos ejemplos muestran cómo añadir complejidad sin perder recordación.
Además, entidades como el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) insisten en que la longitud es clave: contraseñas más extensas y únicas ofrecen mayor resistencia, incluso antes de pensar en caracteres especiales. También recomiendan el uso de gestores de contraseñas confiables que faciliten el manejo de claves robustas.
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