Ni Chicó Norte, ni El Nogal: el barrio más seguro de Bogotá en pleno centro de la ciudad

Uno de los temas más delicados, controversiales y difíciles de Bogotá es la seguridad, que en 2025 no ha mostrado mejoras en ciertos aspectos clave. De acuerdo con cifras reveladas por el Concejo de Bogotá, el primer trimestre del año dejó un aumento de homicidios del 18,5 % en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Ni hablar de los casos de robo en la ciudad que, a corte de mayo de este año, deja más de 1.300 personas capturadas por hurto de teléfonos móviles y más de 1.800 dispositivos recuperados.

Sin embargo, en el centro de la capital del país, hay un barrio que lleva año posicionándose como uno de los más seguros de Bogotá y está ubicado en la localidad de Santa Fe: se trata del barrio de San Diego, que se encuentra delimitado por las calles 26 y 29 al norte y sur, y las carreras 5ta y Avenida Caracas al oriente y occidente, respectivamente.

San Diego, un barrio donde lo privado y lo público convergen

En este sector de la ciudad se encuentran entidades públicas y privadas y, de paso, conecta con el Centro Internacional de Bogotá, moviendo así a más de 250 mil personas diariamente, entre ellos turistas nacionales y extranjeros, trabajadores, estudiantes y, no menos importante, los habitantes del sector.

Según el diario El Tiempo, las cifras de seguridad respaldan la elección del barrio San Diego como el más seguro de la ciudad, un logro que el Distrito ha destacado y que se le ha adjudicado no sólo al trabajo de la Policía Nacional.

Asosandiego, la asociación comunal, ha trabajado de la mano de las autoridades para reducir cifras tales como que, en lo corrido del año, se han registrado 250 denuncias menos por hurto en esta zona de la ciudad y es que, según Juan Pablo Orozco, director ejecutivo, “el Distrito no puede solo”.

“Cuando vemos un riesgo de seguridad, lo reportamos. Si hay una alerta, se reporta, previene y comunica en nuestro sistema”, relata Orozco, quien además explica que desde ahí se genera un contacto con la fuerza pública y que se refleja, por ejemplo, en los tiempos de reacción ante reportes de delitos que es de dos minutos, como máximo.

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