ASTRONOMÍA

Los motivos por los que algunas superpotencias mundiales quieren poner un reactor nuclear a la Luna

Desde la NASA evalúan las posibilidades de instalar un reactor que fortalezca la seguridad nacional de Estados Unidos en el espacio.

The donut that could power the US
Carolina Morales
Profesional en Periodismo y Opinión Pública egresada de la Universidad del Rosario, apasionada por la redacción y la locución radial.
Actualizado a

La competencia por la supremacía en la exploración espacial continúa generando expectativa a nivel global. En los últimos días, Sean Duffy, secretario de Transporte de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), ha expuesto la necesidad de colocar un reactor nuclear en la Luna. El objetivo es claro: ganar la delantera a China y Rusia, países que también están desarrollando esta tecnología con miras a establecer sus propias bases lunares.

“Es fundamental avanzar rápido para garantizar energía de alta potencia que permita el desarrollo de una economía lunar, el soporte de misiones en Marte y, además, fortalecer la seguridad nacional en el espacio”, señaló Sean Duffy, secretario de Transporte de Estados Unidos.

La preocupación es que, si otro país logra instalar un reactor primero, podría reclamar una “zona de exclusión” y restringir el acceso a la Luna. Por ello, la administración de Donald Trump ha dado un empujón a los planes que ya existían desde el gobierno de Joe Biden, buscando garantizar la seguridad nacional y el liderazgo estadounidense en el espacio.

Así será el reactor nuclear en la Luna

El plan de la NASA es desarrollar un reactor que pueda generar al menos 100 kilovatios de energía eléctrica, lo que es suficiente para abastecer a cerca de 40 hogares en la Tierra. Este sistema operaría mediante fisión nuclear, un proceso que libera una gran cantidad de energía al dividir núcleos atómicos pesados. A diferencia de la energía solar, que se ve limitada por las noches lunares y las tormentas de polvo, la energía de fisión puede funcionar las 24 horas del día.

La agencia ha puesto su mira en el polo sur de la Luna, una región de gran interés para todas las potencias espaciales debido a la baja elevación del sol y las sombras permanentes que la hacen ideal para la energía nuclear. A pesar de que la NASA ha invertido más de 200 millones de dólares en la investigación de estos sistemas desde el año 2000, ninguno ha llegado a la fase de preparación para el vuelo. Sin embargo, Duffy ha asegurado que la agencia ahora irá “más allá del estudio” y se enfocará en hacer realidad esta tecnología.

El objetivo es tener este reactor listo para finales de 2029, un plazo ambicioso que coincide con la misión Artemis III, la cual busca llevar humanos de regreso a la superficie lunar. El éxito de este proyecto no solo aseguraría la viabilidad de una base lunar, sino que también sentaría las bases para misiones futuras a Marte, consolidando el dominio de Estados Unidos en la nueva era de la conquista espacial.

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“La energía es importante, y si vamos a ser capaces de mantener la vida en la Luna, para luego ir a Marte, esta tecnología es de vital importancia. Y me gustaría señalar que estamos detrás. Si queremos participar en la carrera hacia la Luna y Marte, tenemos que ponernos las pilas”, sostuvo Sean Duffy.

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