Las consecuencias legales que podría tener la llamada a la desobediencia de Petro hacia soldados estadounidenses
Las declaraciones del presidente en Nueva York encendieron cuestionamientos sobre los límites entre libertad de expresión, desobediencia militar y diplomacia.


El pasado jueves 25 de septiembre, en plena realización de la octogésima Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y tras un discurso cargado de críticas al Gobierno Trump, el presidente Gustavo Petro instó a los soldados norteamericanos a desobedecer las políticas migratorias del mandatario estadounidense.
“Desobedezcan la orden de Trump”, fueron las palabras que generaron un intenso debate internacional y, de paso, la decisión del Departamento de Estadoretirarle la visa a él y a varios de los miembros de su gabinete, como la canciller Rosa Villavicencio y el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma.
Durante el acto, Petro tomó un megáfono y pidió a los uniformados estadounidenses no usar sus armas contra la población civil. “Desobedezcan la orden de Trump; obedezcan la orden de la humanidad”, dijo ante un grupo de manifestantes en Times Square. La frase fue vista en Washington como un gesto provocador y peligroso, capaz de alimentar tensiones en un momento delicado para la política internacional.

¿Puede enfrentar un proceso judicial en EE. UU.?
Juristas consultados por el diario El Tiempo señalan que, en teoría, las palabras de Petro podrían encuadrar en normativas como la Ley de Espionaje de 1917 o la Ley de Sedición de 1918, que sancionan los llamados públicos a la rebelión.
Sin embargo, aplicar estas figuras legales contra un jefe de Estado extranjero resulta poco probable. La inmunidad soberana que protege a los presidentes en ejercicio y la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que ampara la libertad de expresión, son barreras jurídicas casi infranqueables.
Para que un proceso prosperara, tendría que demostrarse que el mensaje constituyó una incitación directa a un acto ilegal e inminente, algo difícil de probar. Por eso, los expertos consideran que el escenario judicial es remoto y que las consecuencias más palpables estarán en el campo político y diplomático.
En el terreno diplomático, la decisión de Estados Unidos de retirarle la visa ya es una señal de preocupación, pues tendría efectos colaterales en las relaciones bilaterales que afectarías temas clave como cooperación militar, comercio y asuntos consulares.
Hoy, el presidente colombiano @petrogustavo se paró en una calle de Nueva York e instó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes e incitar a la violencia.
— US Embassy Bogota (@USEmbassyBogota) September 27, 2025
Le revocaremos la visa a Petro por sus acciones imprudentes e incendiarias. https://t.co/jhtnsBUlxz
Según los analistas y expertos que charlaron con El Tiempo, el costo político es mayor que cualquier riesgo legal, pues sitúa a Petro en un pulso directo con Washington en un momento sensible para la región.
Repercusiones negativa dentro de Colombia
Las palabras de Petro también tienen un espejo interno. En Colombia, el Código Penal Militar sanciona la desobediencia de los uniformados, salvo cuando la orden sea ilegal o contraria a la Constitución. Es decir, el debate sobre hasta dónde debe llegar la obediencia en la fuerza pública no es nuevo y ha marcado varios momentos de la vida política del presidente, incluso antes de llegar a la Casa de Nariño.
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En redes sociales, el episodio dividió opiniones, mientras que Petro, por su parte, minimizó la medida y aseguró que “no necesita la visa”, reforzando su narrativa de independencia frente a Estados Unidos y manejando su postura contra las políticas migratorias y de guerra, específicamente, de apoyo de Trump a los ataques en la Franja de Gaza.
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