La moneda de centavo creada por error en Colombia y que ahora podría valer millones de pesos
Un raro centavo estadounidense de 1943, del que solo existen unas pocas decenas en el mundo, ha alcanzado valores importantes. Esta es su historia.


Un simple centavo de dólar, de esos que mucha gente usa sin pensarlo, podría valer millones de pesos colombianos si conoce la historia. Se trata de una pieza extraordinaria: un centavo acuñado en 1943 en bronce, fruto de un error, que hoy es considerado un tesoro numismático.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos enfrentaba una fuerte escasez de cobre, un material clave para su esfuerzo bélico. Por eso, la Casa de la Moneda optó por fabricar los centavos de Lincoln con acero recubierto de zinc, en lugar del habitual bronce.
Un error con valor histórico
Lo increíble es que, pese a ese cambio, algunas planchas de bronce de usos anteriores quedaron accidentalmente dentro de las prensas de acuñación. El resultado: centavos de bronce de 1943 que no deberían haber existido.
Estos ejemplares son extremadamente raros. Según Heritage Auctions y otras fuentes, solo se conocen entre 15 y 40 unidades, dependiendo de la ceca (Filadelfia, Denver, San Francisco).

Una de esas monedas fue vendida por 1,7 millones de dólares. Esa cifra, al cambiarla a pesos colombianos, equivale a cerca de 7.000 millones de pesos colombianos, lo que convierte el hallazgo en un evento casi legendario para coleccionistas.
¿Cómo identificar una de estas reliquias?
Para distinguir un centavo común de uno de bronce de 1943, los expertos recomiendan prestar atención a varios detalles:
- El color: estos centavos tienen un tono cobrizo, muy distinto al plateado de los de acero.
- El peso: los de bronce rondan los 3,11 gramos, frente a los 2,7 gramos de los de acero.
- Prueba del imán: el bronce no es magnético, por lo que una moneda auténtica no debería pegarse a un imán.
- El estado de conservación: cuanto mejor conservada esté la pieza, mayor será su valor.
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Además, dado lo valiosas que son, se recomienda que quienes crean tener una de estas monedas recurran a certificadoras profesionales como PCGS (a menudo preferido para monedas clásicas de EE.UU.) o NGC (para monedas mundiales, modernas o para coleccionistas con presupuestos limitado), para verificar su autenticidad.
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