La historia de la ‘barriga de trapo’ y los siete bebés que tuvieron engañado a todo Colombia
Una adolescente barranquillera creó un embarazo falso múltiple que llegó a la prensa y a los oídos de Gabriel García Márquez
En diciembre de 1997, una adolescente barranquillera logró engañar a vecinos, médicos y medios de comunicación con una de las mentiras más recordadas de Colombia: un supuesto embarazo múltiple que, según ella, daría vida a siete bebés. Durante meses, el país estuvo pendiente de su historia, sin sospechar que bajo su abultado vientre no había vida.
Liliana Cáceres tenía 16 años cuando comenzó a simular el embarazo. Según su propio relato, la idea surgió tras descubrir que su novio, Alejandro, se había enamorado de su mejor amiga. Movida por el miedo a perderlo y con la ingenuidad propia de la adolescencia, decidió inventar una gestación múltiple como una manera de retenerlo.
La joven, oriunda del barrio Nueva Colombia, comenzó a rellenar un vestido de baño con trozos de tela que aumentaba cada mes para simular el crecimiento del vientre. Sus vecinos y familiares, convencidos de la veracidad del embarazo, no tardaron en difundir la noticia. Una ecografía mal interpretada y replicada por un medio local terminó por sellar la credibilidad de su historia.
El día que todo se vino abajo
Con la atención de la prensa encima, Liliana llegó a asegurar que esperaba hasta nueve bebés. Incluso, un médico confirmó públicamente la versión. Sin embargo, la mentira se derrumbó cuando acudió a un centro médico para un chequeo final.
Allí, una prueba de sangre y un examen físico revelaron que no había embarazo. En su lugar, encontraron trapos cuidadosamente colocados para dar forma al vientre.
El escándalo fue inmediato. La noticia se transmitió por todo el país, y la adolescente fue sometida a evaluaciones psicológicas. La vergüenza y el peso mediático fueron tales que decidió alejarse de Barranquilla poco después del incidente.
El caso llegó incluso a los oídos de Gabriel García Márquez, quien se encontraba en Cartagena en ese momento. Intrigado por la historia, el Nobel se reunió con Liliana y le ofreció ayuda económica. Aunque nunca escribió sobre el caso, la anécdota quedó como parte del folclor mediático del país.
Años más tarde, Liliana rehízo su vida en Cartagena. Se casó, tuvo cuatro hijos reales y aprendió el oficio de modista. Hoy, a sus 45 años y dijo en una entrevista que quiere “ayudar a niñas con barrigas de verdad, que pasan por momentos duros como los que pasé yo”.
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