La emotiva historia de Belkis Casanova, la migrante venezolana que triunfa en Colombia tras superar xenofobia y otras adversidades
Llegó al país en busca de una mejor vida, guardó silencio por miedo a ser rechazada, pero su talento la llevó a vencer prejuicios.
Para diciembre de 2024 y según Migración Colombia, en el país había 2.815.611 venezolanos registrados. De estos, 2.274.684 solicitaron el Permiso por Protección Temporal (PPT), buscando regularizar su estadía para así conseguir mejores oportunidades laborales y mejores condiciones de vida.
Una de esos migrantes fue Belkis Casanova, quien llegó a Colombia buscando lo que muchos anhelan: una oportunidad para empezar de nuevo. La crisis económica, la escasez de servicios básicos y la inseguridad que vivía a diario en Venezuela la llevaron a cruzar la frontera junto a su hijo, con la esperanza de construir una vida digna en el país vecino.
“Soy de los que han llegado a este país de la nada, con una maleta en la espalda, con muchos sueños, con muchas ilusiones,pero sobretodo de las ganas de sacar a mi hijo adelante”, expresó.
Sin embargo, la travesía no fue fácil. Apenas se instaló en territorio colombiano, Belkis se dio cuenta de que, además de los retos económicos, debía enfrentar un obstáculo aún más difícil de sobrellevar: la xenofobia.
“No podía decir que era venezolana”
En la entrevista que concedió al programa Entre Valientes de la emisora Tropicana, Casanova relató que durante 15 días negó su nacionalidad por miedo al rechazo. “Duré días sin decir que era venezolana”, confesó.
Belkis relató que fue uno de los momentos más complicados de su vida. “Lo más dificil fue negar mi país. Más que mi cuñado me echara y me tuviera que ir, fue negar mi nación porque para que me arrendaran, nadie quería hacerlo a un venezolano. Seas bueno o lo que sea, pero nadie te quiere arrendar. Sabes lo dificil que es tener tu carro, tu casa, tu vida hecha y dejarlo todo para tener que meterte en una habitación de una cama familiar donde no tienes cama, no tienes cobija, ni la ollita para hacer café“, contó.
Por esos días aseguró que era cucuteña, mientras podía establecerse y acomodarse. Según informes de organizaciones como Dejusticia, los discursos estigmatizantes y los prejuicios hacia migrantes venezolanos aumentaron durante y después de la pandemia. Muchos los asocian injustamente con la inseguridad o la pérdida de empleos, pese a que en su mayoría llegan a contribuir, no a restar.
“Mi arte me salvó”
Belkis empezó a diseñar ropa y la vida le cambió. Su agenda de clientes comenzó a crecer y ahora, con su emprendimiento propio, su dedicación y empeño, pudo mejorar su calidad de vida y la de sus hijos.
Ahora, cuenta con varias máquinas para confeccionar sus prendas y no le teme a involucrarse en cualquier de los procesos, desde la compra de materiales hasta la entrega del producto terminado.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los venezolanos representan una fuerza económica activa y valiosa en Colombia. Más del 90 % de quienes han llegado al país están dispuestos a trabajar, muchos lo hacen en la informalidad, pero su impacto en el desarrollo local es creciente y positivo.
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