Juan Pablo Montoya desvela cuál fue el único partido que vio en su vida ‘por obligación’: “Mi papá me hizo ir al estadio”
El deportista colombiano confesó que nunca se ha sentido fascinado por el fútbol nacional o internacional. Estas son sus preferencias actuales.


El piloto colombiano Juan Pablo Montoya, una de las figuras más icónicas del automovilismo nacional, sorprendió con una confesión poco habitual: aseguró que a lo largo de su vida sólo ha visto un partido de fútbol completo y lo hizo ‘por obligación’. De acuerdo con las declaraciones del deportista, el balompié nunca ha estado dentro de sus pasiones.
Montoya, nacido en Bogotá y con una trayectoria que lo llevó a conquistar la IndyCar, la Fórmula 1, la NASCAR y carreras de resistencia, además de ser bicampeón de las 500 Millas de Indianápolis, reveló que nunca ha sido un apasionado del fútbol y que, por el contrario, tiene problemas para coordinar.
“Yo no tengo coordinación ni habilidad para todo. Yo hago golf, tenis, squash… Para fútbol y para bailar soy negado. Cuando le digo negado me estoy dando crédito. Yo jugaba golf con Camilo Villegas. (Sebastián) Muñoz ganó ahorita el fin de semana y me dijo que venía a finales de año... Lo felicité, me dijo que estaba aquí a finales de año que jugáramos golf”, señaló Juan Pablo en diálogo con Infobae.
Este fue el único partido de fútbol que vio Juan Pablo Montoya
El único encuentro futbolístico para el que Montoya asistió a una tribuna un partido histórico para la Selección de fútbol de Colombia: el empate 1-1 frente a Selección de fútbol de Alemania en el estadio San Siro de Milán, el 19 de junio de 1990, por la Copa Mundial de Fútbol de 1990. Esa anotación de Freddy Rincón le dio a Colombia su primera clasificación a octavos de final en un Mundial de fútbol.
Según Montoya, ese día se encontraba en Italia porque participaba en un campeonato mundial de karts, y su padre lo llevó al estadio para que presenciara el partido. “En 1990, fue mi primer mundial de karts en Italia. Y era el mundial de fútbol en Italia. Y mi papá me hizo ir al estadio cuando Colombia jugó contra Alemania. Ese es el único partido de fútbol al que yo he ido completo. No más”, reconoció el deportista colombiano.
Ni a partir de ese momento ni años después, cuando su esposa, la también figura pública Connie Freydell, lo invitó a acompañarla al Mundial de Brasil en 2014, Montoya ha asistido a encuentros futbolísticos. Pese a los triunfos que ha tenido la Selección Colombia, este ícono de la Fórmula 1 no es fanático del onceno nacional.
“Connie quería ir. Estábamos en Pocos, en Pensilvania, haciendo unos tests y dice: ‘Vamos, que es que un amigo mío está allá, que no sé qué’. Yo le dije: ‘Ve’. Me dice ‘¿Cómo que ve?’. Le dije: ‘Sí, ve’. Ella dijo ‘¿No te importa que yo vaya?? y le respondí ‘No, vete. Al revés, no me invites. Me haces un favor no invitándome’”, reveló Montoya.
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En medio de su poca afinidad con otros deportes como el fútbol, tras su retiro Montoya ha demostrado su apoyo a las nuevas generaciones: La mayor parte del tiempo la dedica a apoyar a su hijo Sebastián y a otros talentos como Salim Hanna, quien compite en Fórmula 4. Montoya ya se encuentra alejado, o al menos con menor intensidad, de las pistas, pero comprometido con el legado y la mentoría de nuevas promesas.
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