BOGOTÁ

Está escondido en Bogotá y muy pocos lo conocen: el imperdible castillo con herencia de este país europeo

En el barrio Rosales hay una joya arquitectónica construida en 1923, inspirada en los castillos de Bélgica y rodeada de historias misteriosas.

Castillo del Mono Osorio
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En uno de los sectores más exclusivos de Bogotá, se esconde una joya arquitectónica que pocos conocen: un castillo de estilo belga inspirado en las grandes construcciones arquitectónicas reales del medioevo europeo.

A simple vista, sus muros de piedra, ventanales antiguos y torres evocan un aire medieval que contrasta con los edificios modernos que lo rodean en el barrio Rosales, más exactamente en la Carrera 3 #74-02, en la localidad de Chapinero.

Su historia comienza con Juan Osorio Morales, conocido como “el Mono Osorio”, odontólogo y pintor que vivió en Bruselas en 1908 como agregado cultural de la embajada colombiana.

Estando allí, quedó fascinado por los castillos europeos y decidió que, al regresar a Bogotá, levantaría uno similar. Su proyecto tomó alrededor de ocho años y en 1923 inauguró la joya que hoy se conoce como ‘El Castillo del Mono Osorio’, convirtiéndose en una rareza arquitectónica en medio de la Sabana.

Este el Castillo del Mono Osorio, una joya arquitectónica inspirada en los castillos belgas, inaugurado en1923 y que contiene pasadizos secretos, leyendas de fantasmas y experiencias culturales únicas.Redes sociales

El castillo fue durante décadas la residencia de la familia Osorio. Primero lo habitó Juan, y luego su hijo Hernando, quien lo restauró después de años de haber sido “abandonado y dejado a las inclemencias del viento, el sol, el agua y también a la suerte de ocasionales visitantes, que no olvidaban en su rápida huida, llevarse un pedazo del Castillo, como trofeo de su visita o paso por el medioevo”, como se describe en la web del lugar.

Hoy en día, el lugar icónico está en manos de los nietos y con el tiempo, dejó de ser propiedad privada y se transformó en un espacio cultural y gastronómico, con restaurante de especialidad europea, zonas para eventos y visitas guiadas.

Entre fantasmas y pasadizos secretos

Además de su estética única, el castillo arrastra una leyenda que alimenta la curiosidad de visitantes y vecinos. Se dice que un fantasma llamado Hilario recorre silencioso sus corredores. Testigos aseguran haberlo visto vestido con sacoleva, merodeando por escaleras y ventanas, generando escalofríos y sombras que parecen alargar la noche. A esta historia se suman pasadizos secretos, suelos de madera que crujen y una atmósfera misteriosa que lo hacen aún más atractivo.

El lugar destaca por sus salones sociales, comedores, dormitorios, patios internos y detalles de hierro forjado y madera que evocan un ambiente medieval. Aunque no cuenta con almenas monumentales como los castillos europeos originales, sí conserva un estilo romántico que lo distingue del resto de edificaciones en Bogotá.

Hoy, visitar el Castillo Belga es posible, aunque depende de la programación que realicen sus administradores. Allí se pueden disfrutar cenas temáticas, actividades culturales, se organizan matrimonios, eventos sociales e, incluso, experiencias paranormales organizadas para quienes buscan algo más que historia y arquitectura.

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