Después de vivir 35 años en Estados Unidos, esta pareja de colombianos fue deportada: “Fuimos conscientes de que íbamos a salir”
Nelson y Gladys González llevaban dos décadas luchando por obtener sus papeles y rompieron su silencio tras ser deportados.
Nelson y Gladys González, de 59 y 55 años, emigraron de Colombia a Estados Unidos en 1989 en busca de una vida mejor. Durante más de treinta años, establecieron su residencia en California, donde formaron una familia y criaron a sus tres hijas: Gabby, Stephanie y Jessica, todas nacidas en EE. UU. y ciudadanas estadounidenses. Aunque intentaron en varias ocasiones regularizar su situación migratoria, nunca lograron obtener la residencia legal.
A lo largo del tiempo, la familia contrató a varios abogados con la esperanza de legalizar su estatus. No obstante, según relatan sus hijas, fueron víctimas de abogados fraudulentos que no solo no resolvieron sus casos, sino que los dejaron aún más expuestos y desprotegidos.
El 21 de febrero de 2025, la cadena CNN informó que la pareja asistió a una cita de rutina con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Santa Ana, California. Sin previo aviso, fueron detenidos en el lugar y trasladados a diferentes centros, incluyendo instalaciones en San Bernardino y Luisiana. Posteriormente, fueron deportados.
“Sabíamos que íbamos a salir, pero no así”
En entrevista con el programa Los Informantes, Caracol Televisión, los esposos colombianos hablaron de cómo se dio su llegada al norte del continente y los momentos más difíciles que pasaron luego de aquel 21 de febrero.
“Yo tenía 18 años y Nelson 22. Estuvimos unos días en Ciudad de México y después viajamos a Tijuana. Cruzamos allí y en la frontera era que había un cambio de guardia a la media noche“, relató Gladys, contando la odisea de esperar a que los vigilantes salieran para poder llegar a cumplir ‘el sueño americano’.
Llegaron a San Diego (California) caminando. Era diciembre de 1989. Sobrevivir no se convirtió en una tarea difícil, pero sí de entrega. Se emplearon en diversas ocupaciones: lavaplatos, limpieza, pintura de apartamentos y hasta repartidores de periodicos.
Los González aplicaron a residencia por asilo, por consejo de un abogado migratorio. Mientras esperaban la respuesta, Nelson obtuvo un permiso de trabajo, en el que, según cuenta, "me dediqué 21 años a hacer exámenes médicos para seguros de vida“.
Después de varios intentos, de haber sido estafados por supuestos abogados migratorios y de presentarse anualmente a rendir cuentas de su status legal en el país, llegó el 21 de febrero de 2025.
“Siempre fuimos conscientes de que íbamos a salir. Lo único que nunca nos imaginamos fue la manera en como lo hicieron ese día”, dijo Gladys. Aquel viernes, los agentes de ICE les dijeron que por reglamentación de la administración Trump, ambos quedaban detenidos.
Nelson, por su parte, agregó que “ese día sentí que dejaba a mi familia atrás. Hasta ese momento todo iba perfecto. Eso me dolió muchísimo”. Desde entonces, buscan nuevas oportunidades en Colombia, mientras sus hijas siguen pidiendo justicia para sus padres, de quienes han dicho son “personas honradas y que sólo trabajaron por una vida mejor”.
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