Elegancia para jugar, convicción para dirigir y ambición para ganar. Zinedine Zidane hizo historia como futbolista y la está escribiendo como entrenador. Su carrera está llena de logros, trofeos, récords y satisfacciones. El espíritu de lucha y la mentalidad ganadora siempre estuvieron presentes en su vida.
Eso lo convirtieron en uno de los jugadores franceses más grandes de la historia . Con la Selección ganó la Copa del Mundo de 1998 y la Euro del 2000. Con la Juve y el Madrid lo ganó todo: 2 ligas italianas, 1 liga de España, 1 Supercopa de Italia, 2 Supercopa de España, 2 Copas Intertoto, 2 Copas Intercontinentales, 1 Champions y 2 Supercopa de Europa, son los títulos que adornan su palmarés.
Uno de sus partidos más memorables fue la final de la Liga de Campeones 2001-2002 contra el Bayer Leverkusen, en la que marcó un golazo que quedó en el recuerdo de todos. Esa anotación resumió la esencia de ‘Zizou’: máxima concentración y fantasía pura.
Pero no todo fue armonía y felicidad. El 9 de julio de 2006 vivió uno de los episodios más tristes de su vida. Ese día vio la tarjeta roja por el cabezazo a Materazzi y perdió la final del Mundial de Alemania.
Difícil obstáculo que precipitó su retiro como futbolista pero que, después de un merecido descanso, lo hizo más fuerte y le mostró un nuevo camino: el de la dirección técnica . Una década después de aquel suceso llegó al banco del Real Madrid, con el que ganó una Champions y una Supercopa de Europa.
Zidane, sinónimo de éxito y grandeza.