James siempre quiere estar, por eso es el capo de la Selección

Era su momento íntimo. Así lo entendieron sus compañeros y el cuerpo técnico que a la distancia lo contemplaron felices. El crack con las revoluciones al máximo descargó en solitario y de rodillas el último grito de su golazo. La boca llena de festejo para espantar las sombras de una temporada europea traicionera.

Confirmado hasta el último momento como titular, James Rodríguez fue el amo del equipo contra los paraguayos. En los primeros minutos con el rival apretando adelante evitó tocar en corto y acompañó desde atrás a Carlos Bacca para sorprender con dos remates de media distancia por los costados. La defensa aflojó y mucho más seguro de su físico, se animó a tirar un túnel a Amirón cerca del área a los 27 minutos.

El que mejor lo entendió en la cancha fue Edwin Cardona. Por la izquierda tocaron en corto en largo. Se encontraron siempre. Su gol llegó un pase que le cedió el crack del Monterrey. Con velocidad desde el fondo sacó uno de sus zurdazos cruzados para el 2-0.

José Pékerman lo desplazó para el centro en el segundo tiempo. Con la banda izquierda libre Bruno Valdés sacó a Paraguay al ataque. Colombia sufrió, pero encontró en él su refugio para salir de esa presión. Aguantó y pidió la pelota, combinó con Juan Guillermo Cuadrado que estuvo impreciso para encarar.

El tanque le dio para ayudar a sostener la resistencia en el final del partido. Se armó para salir de contra para asegurar la victoria pero Cardona se apresuró y alargó la angustia.

Creador también de declaraciones picantes, expresó en la señal oficial del torneo que en “en la Selección juego hasta cojo. Aquí siempre quiero jugar y estoy feliz porque quiero ayudar y se dio".

La Selección jugó al misterio ante los medios. Sin embargo, el capitán y el técnico estaban seguros de su titularidad. “Nunca lo descartamos”, reconoció el DT.

James siempre quiere estar. Por algo es el capo de la Selección.