Novela brasilera
Casi dos años después de la catástrofe, la pesadilla no termina. Humillaçao, vexame, vergonha, massacre… fueron las palabras con las que los medios brasileros hicieron eco al sentimiento de un pueblo que no esperaba revivir el dolor de quedar fuera de una fiesta que debía terminar con el anfitrión como protagonista central. Más que una derrota, el 1-7 frente a Alemania fue una marca indeleble a 100 años de historia del fútbol brasilero que después del Maracanazo se dedicó a sonreír. Se fue Scolari –campeón del mundo en 2002- y volvió Dunga –campeón y capitán en USA 94-, pero los fantasmas no se alejan.
Brasil, por si le falla la memoria a algún millenial, fue uno de los máximos representantes del fútbol espectáculo. Jogo bonito, le decían. Pelé, Zico, Tostao, Falcao, Ronaldinho, Rivaldo, Cafú, Roberto Carlos, Garrincha, Rivelino, Jairzinho y Romario, algunos de sus jugadores insignia que dejaron huella por donde pasaron. Pentacampeones mundiales a puro talento y compromiso ofensivo (a excepción del discutido Brasil 94 de Parreira), pero con otras dos selecciones sin corona como las del 82 y 86 que con Telé Santana al comando se divirtieron y entretuvieron al mundo entero.
Brasil era el protagonista guapo e imbatible que tras derrotar a sus rivales se quedaba con la chica más bonita y vivía feliz para siempre. Por supuesto, también tuvo malas. Italia en el 82, Francia en el 86 y 98, Argentina en el 90, Holanda en el 2010 fueron algunos de sus verdugos, pero su argumento y prestigio siempre estuvieron a salvo. Fue en el 2014 que las lágrimas aparecieron incluso en los triunfos y la confianza que da la autoridad empezó diluirse en los penales frente a Chile. Luego vino ese 8 de julio de 2014 en el que Müller, Klose, Kroos, Khedira y Schürle lo hirieron de muerte. Nada ha vuelto a ser lo mismo.
El 22 de julio, Dunga fue elegido para rescatar la convicción perdida. La CBF reeditó la apuesta de años atrás, con la que Brasil logró una Copa América y una Copa Confederaciones, pero que nunca terminó de convencer. Un técnico formado desde la posición de volante de marca generó recelo en los seguidores de la magia en el campo de juego. Algunos lo llamaron “burro”, pero regresó a hacerse cargo de la tristeza, sus consecuencias y sobre todo a devolverle a los pentacampeones del mundo su lugar en la historia. Comenzó bien. Antes de la Copa América 2015 ganó los 10 partidos –amistosos- que jugó, sin embargo, se fue de Chile en cuartos de final, eliminado por Paraguay. El técnico terminó jugando con Ribeiro y Tardelli en punta, refuerzos de la liga árabe y china. Un Brasil desconocido.
El siguiente capítulo fue en las Eliminatorias Sudamericanas a la Copa Mundo de Rusia. Diez equipos por cinco tiquetes directos y una posibilidad de repesca en una de las zonas más competitivas del planeta. Hace tiempo que en el fútbol de la Conmebol todos los equipos dan pelea. Dunga arrancó con derrota en su visita a Chile (2-0), una victoria como local ante Venezuela (3-1), empate frente a Argentina en Buenos Aires (1-1) y triunfo en casa sobre Perú (3-0) que lo dejó en la zona de clasificados al final de la cuarta fecha. Rendimiento apenas aceptable para el poderoso gigante del continente.
Dunga afrontó la pasada fecha Fifa de marzo con la tensión que produce estar siempre a prueba. El rival, Uruguay. Los pronósticos, favorables. Brasil ganaba con un gol de Douglas Costa a los 40 segundos del inicio del partido y Renato Augusto marcó el segundo antes de la media hora. Uruguay siendo Uruguay, y con la mano de Tabárez en el tablero, empató a 5 minutos del final. Solo hubo tiempo para respirar profundo antes de volar rumbo a Paraguay. En el Defensores del Chaco todo inició como película de terror. 2-0 en contra con goles de Benítez y Lezcano, pero aparecieron Oliveira (35 años, Santos FC) y Dani Alves para salvar la noche. Milagro en Asunción.
Alves, lateral del Barcelona, marcó en los minutos de adición y se convirtió en héroe. Dunga festejó el gol con saltos y abrazos a sus colaboradores. Son tiempos en los que los jugadores brasileños ya no son las figuras de otras épocas y por decisión técnica queda por fuera un referente como Marcelo. Parece imposible pensar que un país con un ADN futbolero tan exquisito y más de 200 millones de habitantes no haya futbolistas lo suficientemente talentosos para refundar la idea de juego que hizo de Brasil una selección aplaudida en todas las canchas. Sin embargo, en este momento el equipo es sexto en la tabla y está fuera del Mundial.
Dunga sigue en la mira de los aficionados y la Copa América Centenario sería su última oportunidad. A la novela brasilera se le suma un nuevo personaje: Tite -el técnico de Corinthians- a quien la CBF –señalada en los escándalos de corrupción de la FIFA- quiso tentar incluso antes de que iniciara la Copa América de Chile. El entrenador se ha negado por diferencias con los dirigentes y porque no fue su primera opción cuando se fue Scolari. “El momento de elegir ya pasó”, dijo hace pocos días, pero el clamor popular está a su favor. La 'torcida' lo aclama y este episodio continuará.